¿Creerle a las encuestas?

Jaime Eduardo Reyes

Muchos de ustedes podrán compartir conmigo la desconfianza que hoy por hoy tengo de las encuestas, las ultimas realizadas previamente a elecciones como el Brexit en Gran Bretaña y el Plebiscito en Colombia no dejaron bien paradas a las empresas encuestadoras, debido a que los resultados finales fueron distintos a los previstos.

La semana pasada se publicó la encuesta del mes de marzo de 2017 de la firma Polimétrica realizada por Cifras y Conceptos y contratada por Caracol Noticias y Red+Noticias. Como era de esperarse se hicieron los análisis y quienes salieron bien librados prontamente reivindicaron los resultados. También, muchos compraron los resultados sin mayor discusión y empezaron las conjeturas y proyecciones políticas.

Las pifiadas de las encuestas me han puesto en la tarea de no comprar de entrada los resultados de estos estudios ya que el diseño de las mismas pueden inducir a equivocaciones en los análisis.

Con este preámbulo quiero convocar a todos los analistas a que previamente se revisen los temas detallados de la ficha técnica y se compare con la realidad del país porque Colombia es mucho más compleja de lo que se determina en los diseños de las encuestas. Revisemos algunos temas.

Con el ánimo de no sesgar el análisis se debe precisar que los datos de esta encuesta en particular corresponden a un ámbito exclusivamente urbano. Efectivamente el estudio se realizó para 11 ciudades: las cuatro grandes ciudades; Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, y siete ciudades intermedias; Bucaramanga, Pereira, Cartagena, Ibagué, Villavicencio y Montería. Es evidente que al quedar por fuera el mundo rural la opinión no se puede generalizar ya que las dinámicas sociales y políticas en el campo son totalmente distintas a la de las ciudades.

Esta encuesta muestra como gran gancho publicitario predecir un posible resultado electoral en la elección presidencial. Es evidente que esto no se logra ya que la estimación es para solamente 6.6 millones de votantes activos en un país en donde para primera vuelta presidencial 2014 votaron 12.8 millones de colombianos y en segunda vuelta hubo 15.3 millones de votos válidos.

Otro tema en donde también se nota un desfase entre la muestra diseñada para la encuesta y la población es en las características socioeconómicas: la media de las ciudades en Colombia distan de ser los promedios encontrados en la encuesta: un 50% de personas pobres, 29 por ciento de clase media y 21 por ciento de estratos altos, tampoco representan estos porcentajes los promedios de los electores. Tampoco los son el 53 por ciento de hombres y 47 por ciento de mujeres, con un 57 por ciento de personas que trabajan, un 17 por ciento de personas dedicadas a los oficios del hogar y un siete por ciento de personas que buscan trabajo. Ojalá estos últimos porcentajes fueran los promedios de Colombia.

Así las cosas, de no revisarse y adecuarse el diseño de las encuestas, los análisis de estas seguirán moldeando la opinión pública a los intereses de quienes pagan los estudios, lesionando la democracia y la libertad.

Senador

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