El silencio de los fusiles

Hugo Rincón González

El pasado 2 de junio en el municipio de Planadas se hizo la presentación de la propuesta de Cine para sanar, con la exhibición de la película ‘El silencio de los fusiles’, de la directora Natalia Orozco, un filme que se ha presentado en 42 festivales del mundo, que se han interesado en una narrativa estética alrededor de lo que ha sido la guerra y su negociación en Colombia, con una de las guerrillas que alcanzó a ser la más vieja del mundo. Esta actividad fue posible gracias a la gestión que realizó la Corporación Desarrollo y Paz del Tolima, Tolipaz y la Redprodepaz.

Con una impecable factura cinematográfica, recoge los momentos más íntimos de cuatro años de diálogo entre el Gobierno y las Farc para encontrarle una salida al conflicto colombiano. El filme va desde los primeros momentos con la gran desconfianza que existía y que tuvo como prueba de fuego la muerte de Alfonso Cano, las tensiones por darse esta negociación en medio de la confrontación armada, los innumerables hechos que se presentaron y que amenazaron con la ruptura definitiva, hasta la negociación del tema rural, la participación política, los cultivos de uso ilícito, la negociación sobre la dejación de las armas, el tema de las víctimas y muchos momentos que finalmente terminaron con la firma del Acuerdo y el ulterior hecho del plebiscito que terminó ganando el No.

Importante que esta actividad se haya podido realizar en el municipio de Planadas, territorio icónico y simbólico en la guerra contra las Farc. Clave que una película como esta, no solamente origine un conversatorio o un foro, sino que como lo menciona Natalia Orozco, pueda convertirse en una herramienta para la transformación, la sensibilización y formación de las comunidades, puesto que al día siguiente de la exhibición se trabajaron unos talleres que buscaban identificar con las comunidades el mensaje más poderoso que tiene esta propuesta cinematográfica, desarrollando unos ejercicios inspirados en algunas escenas de la película.

En la exhibición se hicieron presentes múltiples actores locales, desde las organizaciones sociales y comunitarias, pasando por la Policía, el Ejército, reincorporados de las Farc, hasta el mismo Alcalde municipal, que intervino resaltando el ejercicio y haciendo un llamado a seguir avanzando en la construcción de la paz en el sur del Tolima.

El silencio de los fusiles nos deja muchos mensajes: 1) la necesidad de avanzar en el perdón y la reconciliación entre los colombianos, 2) la importancia de la concertación como ese gran propósito que debe tener el país de acabar con la violencia como mecanismo para la resolución de los conflictos, 3) la necesaria transformación que debe darse entre los que antes se reconocían como enemigos y hoy se reconocen solamente como contradictores, y 4) la necesidad de humanizar al adversario, saber y entender que detrás del otro hay una historia, una vida que equivocadamente o no eligió otro camino para luchar por lo que le parece justo.

Con esta experiencia en Planadas con la propuesta de Cine para Sanar se pretendió que las comunidades se vayan capacitando en tips y metodologías en la concertación y la comunicación no violenta, que se entienda que la reconciliación y la paz es un proceso complejo y largo en el tiempo que requiere que cada uno de nosotros como colombianos entendamos que peor que la violencia y la confrontación armada es la indolencia y la profunda indiferencia de los colombianos.

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