Desarrollo Regional y Capital Social

Hugo Rincón González

Hace muchos años se discute en el Tolima acerca de los factores que han incidido en el precario desarrollo que tenemos en la región, incluso en la década de los noventas descollaba por generar este debate Cooperamos, una cooperativa que tuvo un gran protagonismo en el departamento, a tal punto que generó las condiciones para que un equipo de altísimo nivel del Instituto Latinoamericano para la Planeación Económica y Social Ilpes, estuviera durante más de un mes cualificando a un equipo de profesionales que se creía jugarían un papel preponderante en jalonar esta propuesta en el departamento.

Cuando se habla del desarrollo casi siempre se termina en lugares comunes de creer que este tiene un sesgo necesariamente económico, desconociendo que el mismo debe ser fundamentalmente integral y territorial. Debe conjugar múltiples dimensiones como la cultural, social, política y ambiental, incluso muchas instituciones que se han dedicado a su estudio fundamentalmente en América Latina, hablan de variables que son claves como la demografía y las instituciones.

Una cosa es clara a estas alturas de la discusión. El desarrollo no depende exclusivamente del recurso financiero como algunos sesgadamente piensan, sino cómo se explica que muchas regiones que son ricas en recursos naturales y han tenido un flujo importantísimo de dineros de las regalías, continúen sumidas en el atraso y la pobreza. La plata no lo es todo como equivocadamente se cree, sino que hay otros elementos que se convierten en fundamentales como el capital social.

El capital social se expresa en las organizaciones sociales y comunitarias que existen en los 47 municipios del departamento. Sin este elemento el desarrollo no es posible, porque son las expresiones colectivas de las comunidades las llamadas a promover el progreso y el mejoramiento de las condiciones de vida de la gente.

Desde hace 25 años se viene afirmando que un problema estructural del desarrollo del Tolima está referido a la debilidad y desarticulación de la sociedad civil, es decir del conjunto plural y heterogéneo de sus organizaciones sociales. Una dificultad de esta naturaleza requiere que se trabaje seriamente en procesos de fortalecimiento de estas expresiones organizativas, avanzando en su formalización, en su capacidad de gestión, en la formulación de visiones prospectivas y en su actuación estratégica.

En el Tolima el capital social se expresa en las juntas de acción comunal urbanas y rurales, en asociaciones productivas, organizaciones de víctimas, juveniles, campesinas, indígenas, comunidad Lgtbi, entre otras. Hay cientos de ellas en los cuatro puntos cardinales del departamento y sin embargo el problema de su debilidad sigue estando presente.

Ante este panorama es bueno resaltar el trabajo en fortalecimiento de organizaciones sociales y productivas que viene realizando Tolipaz en ocho municipios del sur y centro del departamento. Con una metodología apropiada se empieza a consolidar un proceso con 64 colectivos que ya avanzan a formas de coordinación superiores, donde se debate la necesidad de que estas expresiones organizativas formulen propuestas para su mejoramiento, pero también que se empiecen a perfilar como sujetos políticos con capacidad de incidencia en sus municipios, construyendo agendas públicas que recojan los intereses de todos los sectores del territorio.

Fortalecer el capital social debe ser un propósito de la institucionalidad pública, los actores económicos, las organizaciones no gubernamentales y la cooperación internacional. Ahí está una apuesta estratégica por el desarrollo regional, si entendemos que el fortalecimiento debe ser un proceso permanente, continuo y sostenible como se ha demostrado en otras regiones del país como el Cauca donde esta iniciativa empezó a consolidarse desde finales de la década de los sesentas.

Actores sociales fortalecidos y articulados alrededor de agendas territoriales que busquen el bien común es el propósito por el que debemos trabajar si queremos que nuestro departamento empiece a mejorar su calidad de vida para todos los pobladores y donde sea posible el desarrollo integral territorial.

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