Cien días y preocupaciones

Hugo Rincón González

El pueblo es sabio cuando expresa que “desde el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo”, a propósito de estos primeros cien días de gobierno del presidente Duque, donde hay una sensación de que vamos mal y vamos a estar peor en el cuatrienio que apenas despunta. Las razones son varias, pero podríamos señalar:

1. Se presentó una reforma tributaria regresiva que pretende gravar la canasta familiar con el argumento de que el presupuesto del año próximo está desfinanciado en 14 billones de pesos. Este tipo de propuesta es enormemente perjudicial para la clase media y los sectores populares que serán los grandes afectados, mientras que a los empresarios se les disminuyen los impuestos con el eufemismo de que así se generará mayor empleo. Como dice un analista político antioqueño, “Duque es el Robin Hood al revés, le roba a los pobres para darle a los ricos…”.

2. La tensión extrema que se viene generando con Venezuela y el presidente Maduro. Duque ha promovido la denuncia de este régimen a nivel internacional como una dictadura, fue el único gobierno latinoamericano que no rechazó rotundamente una posible invasión militar al vecino y esto podría traer nefastas consecuencias si en la frontera acontece algún incidente que involucre a las fuerzas armadas de ambas naciones. A esto se le debe sumar que esa posibilidad se vuelve probable si tenemos en cuenta la presencia del Eln en ambos países.

3. El estancamiento en la implementación de los acuerdos firmados con las Farc y que se expresan en el pobre cumplimiento en los puntos de la agenda. Hay parálisis en la institucionalidad creada para hacer realidad los acuerdos con importantes recortes presupuestales para su funcionamiento y crece la sensación que el Estado nuevamente firmó un pacto que muy seguramente no se hará efectivo.

4. Los partidos políticos hablan de una falta de liderazgo del gobierno en el congreso lo que hace que la agenda propuesta por este no arranque y en muchos puntos tienda a naufragar. Ha sido tan errático el ejecutivo en sus propuestas legislativas que ni siquiera tiene asegurado el respaldo de su propio partido para la aprobación de la tristemente célebre Ley de Financiamiento.

5. Duque habló en campaña de la educación y ha tenido en los estudiantes de la universidad pública a los principales contradictores que denuncian la crisis presupuestal por la que atraviesan las almas máter. Ya llevan más de un mes con movilizaciones semanales que han intentado estigmatizar desde los medios masivos de comunicación, reclamando mayor atención y un diálogo directo con el presidente. Los propios universitarios dicen que más fácil se reúne Maluma o Silvestre Dangond con el primer mandatario, que éste dignarse a escucharlos y concertar salidas a la crisis.

6. Sigue la amenaza y asesinato de líderes sociales en varias regiones del país, sin que el gobierno asuma su función de garantizar la vida a estos ciudadanos colombianos. Se denuncian grupos paramilitares en muchos espacios de la geografía nacional sin que realmente se vea un combate frontal contra estas estructuras. Antes hablaban que los asesinaban por líos de faldas ahora simplemente no se menciona el tema.

7. La negociación política con el Eln ahora es inexistente. No hay negociadores oficiales y solamente desde el gobierno se escuchan condiciones que este exige para nuevamente sentarse a dialogar, mientras tanto se agudiza la confrontación armada con esta guerrilla y se echa por la borda una esperanza de que el país avance a una paz completa donde se silencien los fusiles de todos los actores armados ilegales.

8. Mientras para algunos medios el talante del presidente es conciliador, para un gran porcentaje de la opinión pública, es frívolo y no está liderando la solución de los enormes problemas nacionales.

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