Entre más se conoce y se acerca el día del TLC, peor

Al acercarse el 15 de mayo, luce peor el TLC con Estados Unidos. Porque se conocen mejor sus efectos y el gobierno toma medidas que van más allá del texto del Tratado, según lo denunciaron distinguidos académicos estadounidenses sobre la Ley Lleras 2.0,

que reglamenta el internet (http://bit.ly/HJ0n5R) o el aumento de cinco a diez años de la protección de los datos de prueba en agroquímicos, alargando el monopolio extranjero.

La revista Dinero señaló la preocupación de las compañías de seguros colombianas porque las aseguradoras norteamericanas podrán vender seguros en el país sin siquiera instalar una sucursal, exceptuando –¿hasta cuál nuevo acuerdo?– los del sector público.


Algo parecido preocupa a UNE y a la ETB, víctimas de uno de los capítulos más leoninos del TLC, que las obliga a alquilarle sus equipos, y a precios “razonables”–es decir, a menos precio–, a cualquier norteamericano que se instale en Estados Unidos a vender llamadas entre los dos países.


Hora de recordar que el TLC no trata solo sobre agro e industria e importaciones y exportaciones, porque se refiere a lo divino y lo humano a lo largo de sus 23 capítulos y 1.500 páginas que reglamentan la economía nacional, según las conveniencias de las trasnacionales norteamericanas.


Casi que como extranjeros terminaremos los colombianos en el país, en el sentido en que los nativos serán sustituidos por ellos en los centros del poder económico, donde se define la suerte política de la Nación.


En estos días también se hizo conciencia de que el cacao africano podrá reemplazar al nacional a través de las reexportaciones de las trasnacionales de Estados Unidos, porque si se procesan allí, según el TLC, las materias primas de cualquier parte del mundo se vuelven norteamericanas.


Esta amenaza incluye a la Nacional de Chocolates, a Luker y a los demás fabricantes que deberán enfrentarse de igual a igual con los poderosos competidores estadounidenses.


Algo similar podrá ocurrir con el café del África. Acaban de encontrar en Estados Unidos, por cuarta vez, reses con el mal de las vacas locas, enfermedad que mató 200 británicos y obligó a sacrificar millones de animales en Europa, al igual que cerrar el mercado coreano para la carne norteamericana.


Para peor, lo que negoció Colombia en el TLC sobre reses con mayores riesgos de vacas locas fue de un sometimiento escandaloso (http://bit.ly/IuqOfU).


Para completar el cuadro, un especialista partidario del libre comercio dijo: “La verdad, por incómoda que parezca, es que la Dian no está lista para el TLC” (http://bit.ly/IqCALD), hecho gravísimo pues sin férreos controles en las aduanas entrarán fraudulentamente al país muchos más productos que las cantidades acordadas, dado que contrabandistas y lavadores de dinero del narcotráfico juegan muy bien en el comercio internacional.

Coletilla uno. Ecopetrol registró utilidades por 15.5 billones de pesos el año pasado. Pero habría ganado 16.3 billones, si no hubiera perdido 810 mil millones en las operaciones de cobertura especulativas. 96 mil millones de pesos de los 810 mil los perdieron los accionistas privados, y el resto la Nación. Esa plata se la ganaron tres bancos extranjeros diestros en el arte de la especulación. 

Si se suma lo ocurrido desde 2004 por andar especulando, las pérdidas pasan de 1.23 billones de pesos, porque Ecopetrol ha perdido en seis de los siete años en los que se ha metido a especular. En el debate demostré cómo la petrolera cometió todos los errores que se advierten en los libros de texto para estas operaciones (http://bit.ly/I5Aaz4).


Pero el ministro Mauricio Cárdenas, prevalido de que el santismo le puso sordina a este tema, fue capaz de felicitar a los funcionarios responsables de la operación. Bonita manera de aprovecharse del amplio poder de los banqueros y de absolverse él, el Minhacienda y el presidente de Ecopetrol.

Coletilla dos. Es obvio que las 100 mil viviendas gratis de Vargas Lleras buscan reelegir a Santos. Para algo han de servir las encuestas. Ya veremos si cumplen. También buscan ocultar el rotundo fracaso de lo que va de la política de vivienda oficial. El gobierno prometió 526 mil nuevos techos con subsidio. A diciembre pasado debía llevar 186.804 para poder cumplir la meta, pero solo había “movilizado”, es decir, efectivamente entregado para comprar viviendas, 17.302 subsidios, el 9 por ciento.

Y había “asignado” 131.632, asignación que está probada en un gran porcentaje no se convierte en edificaciones (http://bit.ly/Imj4wj). Cuánto me temo que cambiarán las 526 mil por 100 mil. Tocará mirar, además, cuál será la política para construirlas.

Credito
JORGE ENRIQUE ROBLEDO

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