Lo importante en la academia

Para quienes somos gustosos de la academia, de compartir experiencias y conocimientos con las nuevas generaciones, estudiar, profundizar en ideas y demás, resulta altamente satisfactorio ver cómo los estudiantes aprenden sobre la realidad de los hechos desarrollando sus trabajos de campo y encontrando sus propias formas de relación la teoría con la práctica.

Y lo digo al ver que se alejan de posiciones retóricas, de verborrea extrema, de tener que estar citando cada dos minutos un autor, escuela, teoría, libro, último estudio sobre tal o cual tema, hablar de categorías, aproximaciones, miradas conceptuales y un poco de posiciones más de psudo-intelectuales o “descrestadores” sociales de calentados, en la que uno ve a diario algunos docentes, más interesados en ello que por llevar ese conocimiento a la realidad que nos rodea.

Es gratificante, por ejemplo, la reflexión personal y el trabajo ejecutado por futuros comunicadores sociales - periodistas que no sólo acompañaron a un grupo de estudiantes de una institución de educación secundaria en su sueño de crear, poner a andar y producir ellos mismos sus programas de la emisora escolar, sino que en tres meses rescatan de un futuro trágico en las drogas a uno de los estudiantes y le muestran que hay otras formas de “gozarse” la vida con aquello que a uno le apasiona. El joven con altas y bajas se convirtió en el líder del proyecto por su entrega y dinamismo. Ojalá que siga por ese camino.

Igualmente, lo es, ver cómo en búsqueda de aportar ideas y conocimiento a una entidad símbolo del arte y la cultura para la ciudad y el Departamento, otro grupo hace una segunda fase de una primera intervención comunicativa para recomendar acciones que hagan esta institución más visible, cercana a la comunidad, con más visitantes y por ende con más ingresos que le permitan a futuro mantener las puertas abiertas.

De la misma manera, observar como en esta era de la información, la comunicación y la Internet, comienzan aprovechar esa ventajas acompañando el uso de tales herramientas tecnológicas creando hipertextos, haciendo hipervínculos, pero, sobre todo, con nuevas miradas sobre actividades o lugares que en la cotidianidad no se ven. Solo por citar un ejemplo: Lo que hay detrás de esas pléyade de jóvenes deportistas que vienen a buscar suerte a los equipos profesionales y se estrellan con dolorosas realidades, con maltratos, roscas, con la cara fea del fútbol. Trabajos dignos de continuar después en cualquier medio de comunicación.

También como se lanzan a campos nuevos como el de trabajo comunicacional en entidades del sector salud, clínicas u hospitales, para desarrollar toda una estrategia de comunicación para sus públicos internos y externos, mejoras su imagen y el clima laboral y tratar de convencer a sus directivas de que no sea eso un documento más. Al final con mucho sudor y lágrimas, lo lograron.

Además, como a través de lo que plasman en documentales televisivos son capaces de ir reflexionando sobre esas cosas que están mal o bien a nuestro alrededor, pero la cotidianidad no permite ver; como el trabajo infantil “legal” o la Ibagué que no está pensada para quienes tienen algún tipo de discapacidad.   

Así mismo, la trascendencia histórica de algunas de nuestras edificaciones con los personajes del hoy y el ayer que recorrieron sus pasillos o allí  se formaron y poca importancia damos a ello.

Notar el crecimiento conceptual de los estudiantes y el asombrarse ellos mismos ese crecimiento al llevarlo al quehacer, no tiene precio.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ–Gersan

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