Las amenazas a director de Cortolima

Muy lánguida ha sido hasta el momento la información respecto a las amenazas que la asociación de corporaciones autónomas regionales dio a conocer sobre las presuntas amenazas al director de la corporación regional, Cortolima, Jorge Enrique Cardozo.

Muy lánguida ha sido hasta el momento la información respecto a las amenazas que la asociación de corporaciones autónomas regionales dio a conocer sobre las presuntas amenazas al director de la corporación regional, Cortolima, Jorge Enrique Cardozo.

Este tema es muy delicado y lo que se debe pedir a las autoridades es una pronta, efectiva y eficaz investigación que arroje resultados contundentes sobre los autores de las mismas o sobre quienes quieren tratar de intimidar a la máxima autoridad ambiental del Tolima o a sus funcionarios.

No es sano para la región, para la corporación, para su dirigencia y para los promotores de la protección ambiental que el tema pase de agache y se trate de invisibilizar; por el contrario, lo que se debe buscar es hacerlo lo más sonoro posible para encontrar a los culpables y la verdad.

No es un secreto para nadie que el tema ambiental en el mundo, en nuestro país y en el Tolima ha tomado un lugar preponderante por todo lo que significa, por los estragos del cambio climático que empiezan a sentirse, por la conciencia de que la lucha futura de nosotros los terrícolas será por alimentos y agua –de la cual necesita mucho la minería-, y que precisamente esa visión prospectiva lucha con intereses muy marcados de multinacionales, de inversionistas nacionales y de empresarios locales y regionales de querer expandir sus actividades y negocios a costa de afectar sin conciencia alguna los recursos naturales.

Por tanto, es necesario saber de dónde vienen esas amenazas, si de todo lo relacionado con la posición de la corporación y su director sobre la exploración y explotación minera por empresas transnacionales, o si de la minería ilegal que adelantan otros sectores, así como revisión a solicitudes nuevas de títulos mineros para ciertas áreas de Ibagué y el departamento; si, por el contrario, se debe a posiciones adoptadas en defensas de zonas del departamento que deben ser o seguir siendo reserva, aislamientos, conservación o páramos, que no gusta a quienes quieren expandir la frontera agrícola o agroindustrial, o se debe a temas relacionados con licencias y usos de agua para riegos.

Tampoco puede descartarse que procesos como revisión del POT ibaguereño o los EOT en  municipios, incomoden a ciertos personajes que necesitan tierra para construcción urbanística y requieren que usos del suelo, o áreas especiales o que tienen otro tipo de uso, se vuelvan urbanos o suburbanos, como sucede mucho en nuestra ciudad. Un ejemplo, lo que acontece frente a Entrerríos donde ya se nota que preparan todo para tomarse una buena franja sobre el río Chipalo y ya acondicionan el sitio con vivero, parqueaderos y demás.

En fin, este tema de la protección ambiental es tan trascendental para el futuro y choca con tantos otros intereses creados y sectores como el minero energético, que el mismo Presidente de la República soltó una perla ayer cuando nos visitaba afirmando, en este mismo diario, que a esta actividad no se le puede satanizar, y si se analizan con calma sus respuestas no se comprometió con la protección ambiental. Por eso, reitero que profundizar sobre ese tipo de informaciones sobre amenazas  es lo más saludable para todos.    

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ–Gersan

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