Son 28 los suicidios ocurridos en Ibagué en lo corrido del año, según reportaron las autoridades a este medio de comunicación el día de ayer. El último caso, el de una joven de 20 años estudiante de ingeniería.

Más allá de que nos lamentemos por la historia individual de cada uno de esas personas -en su mayoría jóvenes- es hora de preguntarnos qué es lo que realmente está aconteciendo con nuestros muchachos, porqué recurren al suicidio como una falsa herramienta de salida ante cualquier situación, obstáculo, dificultad o desenamoramiento de la vida o de la pareja.

Duele, por supuesto, la muerte de cualquier ser humano y de un joven mucho más; sin embargo, más allá de tal condolencia se necesita que las autoridades respectivas, las universidades, los organismos de salud pública inicien un estudio juicioso frente al fenómeno. 

Que dicho estudio no solo sea un diagnóstico o una aproximación a la situación, sino que proponga soluciones, alternativas que puedan llevarse a las instancias decisorias de lo gubernamental para que a través de una política pública, los proyectos y sus respectivos sub-proyectos puedan aplicarse las soluciones con personal, tiempo, recursos y dinero adecuados.

Es realmente triste que frente a situaciones como estas las autoridades no estén haciendo presencia mediática, que organicen campañas y proyectos ciudadanos que busquen llegar a los jóvenes en sus espacios cotidianos para abordar la temática y explicarles porque el suicidio nunca será la solución para nada. 

Brillan por su mutismo absoluto las autoridades locales y departamentales responsables del área, no se les escucha la voz frente a soluciones o tareas a emprender, y sólo se conoce la lacónica postura de la Policía recordando que existen dos líneas de telefonía celular para quienes padezcan algún tipo de depresión o de trauma. (3108141362-3144135618).

Pero me pregunto dentro de mi ignorancia ¿Se ha adelantado una campaña masiva, permanente e impactante para darlos a conocer? O sólo es una acción reactiva y no preventiva, que busca es quedar bien ante los medios de comunicación, los periodistas y quienes tomen información para que puedan hacerse a una pequeña y fugaz opinión de los hechos. Creo, con todo respeto, que es más por ahí dicho asunto, como para cumplir con dar la voz oficial y ya, más que evitar que el drama continúe y volverse a pronunciar hasta el próximo suicidio.

Pareciera existir por parte de nuestras autoridades una especie de “desprecio” hacia la vida de aquellos jóvenes posibles suicidas y hacia aquel tema por su postura pública frente a tal situación. En vez de tratar de pasar rapidito por el mismo y las cifras, se debe exponer, mirar a fondo qué está sucediendo en la Villa de San Bonifacio de las Lanzas con el suicidio, qué acciones conjuntas entre familia-escuela-universidad-gobiernos se pueden adelantar, porque con una sola vida que se salve o pueda evitarse que tome el suicidio como un camino por el cual transitar, la tarea está hecha.

Es la vida, y en especial la de los jóvenes las que más nos debe preocupar a todos, pero conociendo realmente qué les puede estar pasando y que no nos estamos dando cuenta debido al acelerado ritmo de la cotidianidad. Díganos qué hay que hacer, denos línea y convóquenos a esta cruzada, estamos prestos a ese llamado.