Se suspenden o no se suspenden

El país político ha entrado de nuevo en uno de esos debates sin sentido que ha merecido toda la atención de los medios de comunicación nacional: Si los diálogos con la guerrilla de las FARC en Cuba deben suspenderse o no mientras se desarrolla el proceso electoral a partir de noviembre.

Ese país maniqueo debe empezar a decir las cosas de frente. Primero, que no es ese el gran tema nacional, que ocupa las mentes, los corazones, el minuto a minuto de los colombianos; será el tema para la clase dirigente, la clase política electorera, el presidente Santos y su maltrecho gobierno, el Uribe Centro Democrático y sus compadres, los Progresistas, el Polo, uno que otro senador conservador o liberal desocupado, y de las firmas encuestadoras haciendo mandados a un lado u otro. Pero que ese sea el tema del país NO. Claro que NO. 

Haga un ejercicio rutinario, amigo lector. Preste atención si en algún momento en la tienda de la esquina están hablando los compradores y el tendero del asunto, si el vigilante de su conjunto se lo pone en discusión, si en la buseta o el taxi se lo comentan; si al llegar al lugar de su trabajo en algún momento del día cualquier día sale el asunto a flote. 

Segundo, creo que más nos está preocupando a los colombianos saber cuáles van a ser los 20 jugadores que escogerá Pékerman para Brasil 2014, de eso sí que se habla. También de cuál será el irrisorio aumento del salario mínimo que empresarios y banqueros propondrán para millones de trabajadores colombianos, y que los Ministros de Hacienda y Trabajo, saldrán a calificar rápidamente como justo, adecuado a nuestra realidad “y que en la historia nunca se había dado un aumento tan generoso”.

El asunto es más simple de lo que politólogos, analistas, expertos, violentólogos y opinadores de oficio creen. A la gente poco lo interesa lo que sucede en Cuba, porque nadie conoce lo que se ha acordado allá. Desde el comienzo ese fue un asunto del presidente Santos, De la Calle e Iván Márquez. Es una especie de diálogo “cantinflesco” mediatizado. Que un pasito pa’lante y tres pa’tras, que dos pa’la izquierda y uno pa’ la derecha, que vueltica y cha-cha-cha-cha. Pero de cosas concretas, certeras, serias, reales que la opinión pública, el ciudadano de a pie pueda opinar porque conoce así sea un poco más allá de la generalidad, pues nada.

Por eso, que se continúe dialogando con los guerrilleros o no, en medio de la campaña para elegir representantes a la Cámara y Senadores -que se van a ganar 24 millones de pesos y dos generosas primas dadas por las altas cortes y el gobierno del presidente Santos-, creo que no es tema que le interesa mayoritariamente a los colombianos o que el proceso se vaya a entorpecer por el debate electoral, porque de Perogrullo que va a hacer parte del mismo se suspendan o no se suspendan las charlas en la paradisiaca isla caribeña. ¿Así que cuál es el problema? De pronto el problema es para los negociadores del Gobierno porque se quedan cinco meses sin ir a echar lengua y les toca volver a trabajar o para Timochenko y sus muchachos delegados que deban retornar al monte a dormir en hamaca y no en cómodas camas de hotel.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –GERSAN-

Comentarios