Óscar el ungido, camino lleno de retos

Conocido que Óscar Iván Zuluaga el escogido por Uribe Centro Democrático para ser candidato presidencial resulta interesante destacar de ese hecho varios factores.

El primero, más allá de ganadores y perdedores -la mirada simplista, facilista y acomodaticia de los opinadores de oficio, fletados casi todos ellos- es que se cuenta con una figura destacada y con todo el espectro por crecer, que entra en franca competencia por llegar al Palacio de Nariño. 

Lo segundo, que Zuluaga –de quien no soy ni amigo ni conocido ni nada, lo he visto dos veces: una cuando éramos funcionarios públicos y la otra entrevistándolo para el programa Directo de Caracol Radio hace algunas semanas- es un tipo inteligente, de ejecutorias y realizaciones, que fue un destacado Ministro de Hacienda y que sin duda recompone el panorama político.

Lo tercero, que es un hombre que piensa por sí mismo; ya lo demostró al expresar en completa libertad, sin cálculos politiqueros, y de manera autónoma -sin tener que pedirle primero bendición o permiso al propio Uribe-, su pensamiento y criterio frente a ciertos personajes que le hacían daño en la lista del Senado del nuevo partido en gestación.

Lo cuarto, que no se le puede vincular –a menos que más adelante pase algo contrario- con la derecha recalcitrante del país, con la parapolítica o relaciones “non sanctas” con ciertos sectores del narcotráfico o las bacrim. Es una cara limpia en la contienda del uribismo.

Y quinto, su don de gente, su agudeza al responder, su pensamiento crítico, su trato para con los demás es algo que le reconocen quienes han trabajado con él en el sector privado y en el sector público.

Lo cierto es que es un gallo que se ha ido afinando para la contienda nacional. Tiene el país en la cabeza en cifras y en proyecciones; le hace falta recorrerlo más palmo a palmo para sentir necesidades, reconocer idiosincrasias y conectarlo todo geográficamente. 

Su discurso en tono y esencia tendrá que empezar hacer menos de Ministro de Hacienda para serlo más de presidenciable, de analista nacional, de político en campaña, de eso no hay duda. 

Pero el cuidado que debe tener es no tratar de alejarse mucho de lo que en esencia es, para tratar de aparentar lo que no es, porque el ciudadano de hoy más noticioso, formado y bombardeado mediáticamente y socialmente por informaciones de todo tipo lo descubrirá en un santiamén y se desvanecerá su figura y opción real de poder, al perder su valía electoral; ello, más allá de que Uribe haga todo el esfuerzo por endosarle votos, lo cual ya está demostrado que no es uno de sus fuertes por su arrolladora personalidad.

Es un gran reto el que enfrenta el ungido Oscar Iván Zuluaga, porque debe atemperar la furia antisantista de los furibistas acérrimos y áulicos, sin parecer un traidor; captar a todo el uribismo moderado que piensa que se debe volver a los postulados de la Seguridad Democrática desde el ejecutivo; mediar con opiniones independientes que ven con buenos ojos su inteligencia y moderación y respaldan los diálogos en la Habana; captar a un país que cada día reconoce más a las víctimas del conflicto interno y parece no estar dispuesto a echar atrás eso; no atravesarse a la restitución de tierras a campesinos que ha sido de buen recibo nacional e internacional. 

Es a partir de hoy que se medirá el talante que tiene Zuluaga. Su primer gran examen será en 45 días, cuando el distractor mediático de la recolección de firmas haya pasado y deba abordar de frente los temas que interesan al país, y los sondeos muestren si su figura, su discurso y sus propuestas comenzaron a calar en el país.  

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ -GERSAN-

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