El reto de la comunicación social

Es reconfortante ver que los programas de comunicación social de la ciudad se están moviendo y están transitando por la senda de la reflexión sobre su función en el Tolima e Ibagué. Sobre qué líneas y énfasis reforzar dentro de los mismos, qué tipos de fenómenos sociales abordar, sobre qué temáticas tratar y lo más importante: Cómo empezar a hacer más visible la función y el campo laboral de un comunicador social en la región, que contribuya a hacerla más competitiva, más desarrollada e innovadora, y, por ende, necesita tener inmersos claramente los procesos y estrategias en comunicación.

Por eso, importante conocer lo que adelantan los estudiantes en las universidades de Ibagué y del Tolima, lo mismo que en la CUN y la Uniminuto, quienes han venido reuniéndose en los últimos dos o tres meses en el marco de distintos eventos relacionados con la comunicación, para debatir y compartir experiencias desde sus semilleros de investigación estudiantil y los trabajos de clase que se convierten en productos periodísticos dignos de sacarlos a la luz pública.

No cabe duda de que gracias a los avances tecnológicos y que esa tecnología ha democratizado la información, así como permitido a más grupos sociales hacer uso de ella (la tecnología) sin que medie ningún tipo de control burocrático o de los propios medios de comunicación tradicional, el campo de acción para la comunicación social en la sociedad de hoy se erige cada día más vasto.

Hay que ser optimistas y pensar que esos jóvenes que están en formación, y lo recién egresados, que luchan por un espacio en los medios informativos tradicionales, que se están arriesgando a crear sus propios espacios y empresas de comunicación, tendrán la madurez y la información suficiente para ir permeando las viejas y manidas formas de hacer periodismo regional, sobre las cuales los ciudadanos piden un cambio urgente cada vez con más fuerza.

Pero, también, convertir su profesión en un elemento que ayude a la transformación que nuestra sociedad necesita; que sea motor y puente de acuerdos fundamentales, que ayude a identificar hacia donde marchar y cómo visibilizar esa marcha entre todos los ciudadanos para hacerla más productiva y proactiva.

El campo de acción de la comunicación es mucho, amplio y enriquecedor, y por eso -pese a los esfuerzos de hoy- se quiere salir más del aula de clase, entrar en contacto permanente con la realidad, generar diálogos constantes y fluidos con el sector económico, gremial, político, gubernamental, comunitario para identificar necesidades y hacer entender que tan importante es la comunicación para el mundo de hoy, así como encontrar nuevas maneras de narrar los hechos y sus protagonistas. Hay que aprender a narrar pero también a saber encontrarnos con el otro, como diría el maestro Jesús Martín Barbero. Ahí está el reto de los programas de comunicación en la ciudad.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –GERSAN-

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