Colombia, Brasil no es tu papá

El título de esta columna no lo puse para que nos sintiéramos mal, para molestar o pensemos que la selección brasileña que nos sacó del Mundial de Fútbol 2014 es superior a la gloriosa selección Colombia que nos representó con nuestro James Rodríguez a la cabeza.

No. Es para poder hacer algunas reflexiones y comentarios frente a ese hecho. Lo primero, decir que no podíamos pensar ni por un momento –o bueno así siempre lo expuse- que no perdiéramos. Y no lo digo porque no fuéramos superiores futbolísticamente hablando si no porque la lógica de una cultura mafiosa como la de la Fifa se tenía que imponer. Por eso el árbitro que nos tocó, con el comportamiento que tuvo en la cancha y los goles psicológicos que comenzó a aplicarnos con pitar más a ellos que a nosotros, y no pitar algunas faltas que nos favorecían.

Pero hablando de lo psicológico creo que sí fue en ese terreno donde Brasil nos ganó de sobra. Todos los días en los noticieros internacionales se hablaba de las tres psicólogas que hacían un trabajo individual a cada uno de los jugadores de la “verdeamarela”; mientras, si la memoria no falla, poco o nada escuchamos de un acompañamiento así de pormenorizado a nuestros muchachos. Tal vez ahí fallamos, nos confiamos de su estado anímico. A Brasil desde su mente lo programaron para nada de fútbol bonito, vistoso, de toque, de crack, más bien puro empuje, ganas, fuerza, choque, golpe, pa´lante, con los ojos cerrados, a empellones y empujones como sucedió. Por ello sólo vimos los tres destellos que tuvo Neymar a lo largo del partido. Nosotros morimos fieles a nuestro estilo y ya.

Hay que reconocer que el maestro Luiz Felipe Scolari, mientras a sus muchachos les quitaban las ansias, la presión, el miedo a Colombia, él se dedicó a quitar otro frente de presión como la mediática y la de opinión restándole importancia al compromiso hasta llevarlo a un partido más de cuartos y no a “final adelantada” o un “clásico”, como se lo habían convertido allá. Así mismo se aplicó a estudiar como neutralizar jugador por jugador y zona por zona de la nuestra, y es de caballeros reconocer que ahí le ganó el pulso de la estrategia en el escenario a nuestro inteligente y mesurado José Néstor Pékerman. El primero que en todo el Mundial lo logró descubrir, desbaratar y neutralizar con una propuesta de no juego si no de choque y avance. Situación de la que hay que decir no pudimos zafarnos si no pasados los 70 minutos de juego.

Pero todo ello no resta ni un ápice la justa histórica de nuestros muchachos y su cuerpo técnico, para ellos todo el reconocimiento, la gratitud y los aplausos. Reconocer de la dirigencia de la Federación Colombiana de Fútbol que por fin comprendió para qué es que estaban allí, no para la rosca regional o de equipos, no para hacer favores a dueños de jugadores, no para juntarse con la mafia y los carteles, no para tapar desórdenes, desafueros, comportamientos poco profesionales de jugadores y entrenadores, si no de buscar un cuerpo técnico serio, estudioso, trabajador, profesional e independiente que nos llevó hasta donde nunca lo habíamos hecho en un mundial.

Y que también comprendió que no se trataba de volverse consortes de algunos periodistas deportivos de la vieja guardia, de la vieja escuela de periodismo, de los que ayudaban al descrédito y desorden de nuestros deportistas y las amistades no santas de la dirigencia deportiva nacional, lo cual callaron hasta el cansancio y hoy, sin embargo, les duele reconocer lo hecho por Pékerman y muchachos como James, Ospina y Cuadrado.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ -GERSÁN-

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