Da buen augurio frente a lo que podría ser durante estos cuatro años el trabajo legislativo de nuestros representantes en el Congreso, el conocer de iniciativas -o proyectos de ley, sería más correcto decir- que buscan la protección del ciudadano frente a los poderosos y, en muchos casos, abusadoras prácticas del sistema financiero colombiano.

El proyecto de ley que protege a los usuarios de ese sistema y dicta nuevas disposiciones relacionadas con el reporte que se haga a las llamadas centrales de riesgo, es un buen síntoma de ello. Da gusto que en ese tipo de propuestas de bancada, en este caso del Partico Conservador, estén los nuevos dirigentes políticos de la región como Miguel Ángel Barreto Castillo, quien funge de vocero de esa colectividad en la Cámara.

Saber que se podrá intentar poner en cintura lo relacionado con los costos que los bancos le cobran a los usuarios, que son en muchos casos exorbitantes; por ejemplo, como cuando un usuario por x o y motivo se retrasa en una cuota o en la fecha que le corresponde y automáticamente, como hace el Banco Caja Social, que al parecer le cobra los intereses de mora por anticipado de esa cuota junto con los del siguiente al usuario, pese a que este pasados unos pocos días va a cumplir con su obligación, es decir, que el usuario ya no queda al día con la cuota, sino primero le sacan lo de los intereses de ese y el otro mes y el resto sí lo abonan a la deuda y, por lo tanto, el usuario sigue atrasado en ella pese a haber cancelado; eso es un absurdo total que no se puede seguir permitiendo.

Y casos como esos son miles y de toda índole con las distintas entidades financieras colombianas que por años han sido la rueda suelta sin control real -solo aparente y mediático- por parte del Gobierno nacional y de la justicia colombiana.

Bueno que por fin un proyecto incluya que las cuentas de ahorro renten así sea poco, y no que sólo sirvan para engrosar el flujo de caja a los dueños de los bancos, y generen sólo costos a los usuarios ya sea por uso de tarjeta, por consulta en Internet, por pedir una certificación de que se tiene esa cuenta, etc. Pero no les generan un solo peso por rendimiento o interés.

Ya lo había expresado en esta misma columna recogiendo el sentir de miles de personas al señalar que lo que se necesita es que nuestros senadores y representantes se apliquen a estudiar normas simples, prácticas, fáciles, que resuelvan situaciones que mantienen atascados, empobrecidos y estresados a los colombianos, y ese proyecto 036 pareciera ir en el camino correcto. Dios quiera que se dé, que el Congreso lo avale, el Ejecutivo lo firme y las cortes lo declaren ajustado a la constitución y la Ley. Ojalá ese milagro suceda.

Pero también quedan por asumir otros temas que duelen como lo relacionado con el sistema de salud, con dejar de proteger buscando justificaciones jurídicas y económicas a dicho sistema de intermediación, cuando ya se debería haber acabado, haberse asumido por parte del Estado, saldada la deuda a los hospitales con los recursos provenientes de regalías. Hay que dejar el cuento tonto, absurdo de que meterle la mano a eso y volverlo de nuevo un derecho real nos convertirá en comunistas o socialistas.

Todo lo relacionado con los sistemas masivos de transporte necesita una renovación, dejar de pensar tanto en las ganancias y los bolsillos de los cuatro o cinco dueños, para obligar a tener más buses, más controles, más inversión, modernización y uso de tecnologías de información. Pensar más en la gente y menos en las enormes ganancias del empresario.

De las colas eternas y enormes para citas, pagar en las cajas de los hipermercados, peajes y bancos ni hablar, porque son el producto de la falta de inversión en contratar más personal y tener equipos más modernos para ejecutar tareas. Pero ahí también se ha sido permisivo y timorato para entrarlos en cintura.

Temas hay muchos, ojalá que los congresistas sigan por esa senda buscando aquellos que duelen a la gente.