Evitar niños ahogados, bajar volumen a equipos

Nelson Germán Sánchez

En firme comenzó con este puente festivo las vacaciones del receso escolar, universitario y empresarial, por ende es necesario estar pendientes de dos situaciones recurrentes por esta época de fiesta, rumba, encuentros e integraciones.

Una, tener muy presente que solo hacen falta tres centímetros de agua para que un niño se ahogue, como lo relevó la Fundación Asalvo. Los niños menores de seis años aún tiene la cabeza más pesada que el resto del cuerpo, por tanto, van directo al fondo de la piscina, la pileta, el balde, la alberca o cualquier cuerpo de agua y será muy difícil que logren salir, no flotan con mucha facilidad y en minutos ya el menor murió cerebralmente.

La mencionada Asociación y la Sociedad Colombiana de Pediatría unieron esfuerzos para concientizar sobre el peligro de ese ahogamiento en el país. Ahora que se va a fincas, hoteles, casas de descanso o en el mismo lugar de residencia, que se tendrá a los hijos más tiempo, es bueno conocer que no se requiere ni un minuto para que un pequeño se ahogue. El ir por la toalla, contestar el celular y girarse, son actos que se convierten en peligrosos. Los testimonios desde tal fundación dan fe de que la mayor prevención que se puede dar es no descuidar ni por un segundo a un menor mientras esté en el agua. Como la tarea es titánica y engorrosa, es mejor, rotarse el compromiso por horas para poder descansar, pero sin abandonar ni un instante a los pequeños.

Se calcula que en el país existen cerca de 500 mil piscinas, y aún no se sabe cuántas de ellas tengan las medidas de seguridad respectivas pues implican inversiones adicionales en encerramientos, alarmas, salvamento y demás. No sé cómo estaremos en el Tolima y si las autoridades regionales y municipales ya tendrán listos los censos, las rutas de control, el personal y logística necesarios para poner en marcha los operativos tendientes e evitar tragedias en un departamento que como el nuestro está inundado de piscinas, charcos, ríos, quebradas, lagos y que son atractivos principales para propios y extraños en este época de vacacional verano. Soñemos que todo esté listo.

Además, no hay que olvidar que desde el año 2008 existe la Ley 1209 que reglamenta las medidas de seguridad; pero como hecha la Ley llega el soborno para la trampa, se expidió el decreto 0554 de 2015 que al parecer modificó la obligatoriedad de esas medidas para las piscinas públicas. Válgame Dios la burrada; y, por supuesto, las cifras de ahogamiento de menores de 14 años en 2015 aumentaron.

De otra parte, otros planes, medidas y estrategias que nos imaginamos ya tienen listas el Gobierno departamental y los municipales es la puesta en marcha del Nuevo Código de Policía que ya surtió su cuarto debate en el Congreso y recibirá estos días sanción presidencial. Con el mismo, nos imaginamos que el ruido de equipos de sonido, bullicios desde la madrugada hasta altas horas de la noche desaparecerán, porque la Policía ya puede bajar el volumen e incluso quitar la energía, esta entre otras medidas, que facultan a la autoridad incluso para conducir a alguien bajo medida de protección si se considera es un peligro para los demás o para sí mismo; es decir, los alborotadores, intolerantes y pelioneros en las festividades que se nos vienen.

Supone uno que las campañas para conocer este nuevo código hacia los ciudadanos y el análisis pormenorizado del mismo por parte de los efectivos policiales de la Tolima y la Metropolitana ya es un hecho, lo mismo que por los funcionarios de las secretarías de Gobierno departamental y municipales. Todo para preservar de verdad y no para la imagen, la convivencia ciudadana y evitar tristezas y tragedias.

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