ELN

Nelson Germán Sánchez

Escuchando expertos, leyendo libros e informes sobre el particular, puede uno concluir que lo que le espera a los colombianos, no es una negociación exprés con el ELN, como torpemente pareciera expresarlo en todas partes en Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo y el presidente Santos.

¡Lástima! porque a quién no le convienen diálogos para dejación de armas e incorporación a la vida política, lo más rápido posible. Pero como se cree que se está tratando con una guerrilla segundona, más pequeña que las Farc, y tiene mucho afán de acordar ya. Quienes la han estudiado aseguran que es mucho más complejo ese grupo porque tiene una formación política mucho más estructurada.

Es decir, no existen dos vertientes marcadas de políticos y guerreritas, si no que sus postura de guerra que corresponden a la línea política. Sus cuadros son más fundamentados y, por ende, siempre han sido más radicales. A más de tener mayor influencia en las zonas de Colombia donde históricamente se han asentado (Líbano-Tolima), razón de más por las cuales pese a varias arremetidas de las fuerzas del Estados, sus “frentes” no han desaparecido. Mucho menos ahora, que se han convertido por inercia y por sustracción de materia – las Farc ya casi firman el acuerdo- en la guerrilla más notoria.

Víctor Currea de Lugo, experto internacionalista en conflictos armados y quien desde hace varios años estudia al ELN, aseveró que en ella, por ser los procesos más democráticos y horizontales que en las Farc, cuya línea de mando es más vertical y rígida, ponerse de acuerdo no será tan expedito.

El año anterior tuve la oportunidad de conversar por primera vez con este hombre en el programa de televisión “Mentibus –el programa de las mentes abiertas-“ que produce la Universidad del Tolima para el Canal Univesitario nacional de Colombia Zoom, mucho antes de que se supiera si quiera de los acercamientos entre el gobierno Santos y esa guerrilla. Desde entonces, y lo repitió la semana anterior en la UT en el lanzamiento de su segundo libro, el Gobierno tiene el chip equivocado frente a un supuesto afán del ELN de negociar, que hay cosas sustanciales y de fondo que de no componerse ahora, podrían dar al traste con la iniciativa.

Por ejemplo, que aquí el cómo de la participación ciudadana es un asunto que no decidieron el Gobierno y ELN porque no se estipularon mecanismos, como sí se hizo en la Habana con la Universidad Nacional. Aquí la gente decidirá en las regiones si para participar lo hace a través de comisiones, mesas, foros, encuentros, asambleas o voceros.

A propósito de regiones, por el enquistamiento político de ese grupo en ciertas zonas, saben que para el provinciano la paz pasar por el puente “X” arrreglado, la vía terciaría “Y” en buen estado, la cooperativa “Z” funcionando en insumos y cosechas, la decisión sobre el uso del suelo y recursos naturales. Es decir, una paz más pragmática, que filosófica y de firmas.

Por tanto, si de muchísima paciencia nos hemos tenido que armar los colombianos con los dimes, diretes, metidas de pata, desatinos, el reloj averiado de Santos y su mejor nuevo amigo Timochenko en La Habana; con el ELN y Santos vamos a tener que hacer uso de la paciencia del Santo Job porque parecen estar pensando cosas distintas, proponiendo vainas distintas y pensando el uno del otro cosas muy distintas.

Comentarios