Ineptos o corruptos

Nelson Germán Sánchez

Realmente lo que viene pasando sobre plena carrera Quinta desde la calle 60 hasta Los Arrayanes, no tiene precedentes en la ciudad ni mucho menos justificación alguna.

Es inconcebible que se esté convirtiendo en el sitio de ventas ambulantes, comida y artículos de todo tipo, más grande de la ciudad y en las narices de todo el mundo sin que a nadie parezca importarle.

Los transeúntes se están quedando sin espacio para desplazarse por uno de los lugares que históricamente mejor movilidad permitía al peatón por su amplitud. Ahora, todo el que pasa por esa franja pareciera estar preparándose para la carrera de obstáculos de los próximos juegos olímpicos Brasil 2016, evadiendo cuanto puesto de arepas, frutas, comidas de todo tipo, jugos, muñecos, buzos, se encuentran por allí.

Un verdadero bazar del despelote y del desorden a la vista de la Secretaría de Gobierno y su Dirección de Espacio Público, del comandante de la Policía Metropolitiana de Ibagué y sus hombres responsables de esa zona, porque uno podría pensar es que están muy ocupaos y, por su puesto, como esto sucede en un sitio “tan alejado”, tan metido en las entrañas de un barrio x de zonas populares donde no se ve, sería hasta comprensible, pero en la avenida más importante de esta ciudad eso es inconcebible o a lo menos increíble.

Pero, además, que se construya, se extiendan pisos, tomen los andenes, se pirateen servicios públicos, esto si ya va pasando de castaño a oscuro. Lo único que falta es que este tipo de ventas que no pagan impuestos, servicios, empleos, arriendos, se les permita actuar como la hierba libre y espontáneamente y después resulten construyendo negocios de dos o tres pisos sobre los propios corredores de la Quinta y de pronto inviten al Alcalde la inauguración. Sin ánimo de ofender ni de señalar a nadie, pero piensa uno que si a estas alturas los responsables no se han dado cuenta de lo que allí pasa, o son ineptos o son corruptos.

Con mucho respeto todos sabemos que los gobiernos de izquierda y con tendencias comunoides son más dados al desorden, a que se invada el espacio público, proteger las ventas ambulantes, no respetar el esfuerzo individual de muchos, pero puede ser peligroso estimular este tipo de comportamientos, no tomar cartas en el asunto, no hacer cumplir la normatividad o la Ley sobre espacio público, porque el problema que se puede desmadrar y llevar a la ciudad al caos en esa materia como sucedió en la Bogotá de Petro, que la dejó más inhumana.

Por último, y cambiando de tema, creo que fue un gran desatino que el Festival Folclórico decidiera no ir más con la presentación en los eventos de coronación de la reina Departamental y Nacional del folclor con Mauricio Vargas, quien se había convertido ya en parte de la impronta del evento, y a quien los ibaguereños admiran y quieren para ese tipo de certámenes.

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