Pésima señalización y algo más

En las últimas semanas los ciudadanos que vivimos en Ibagué dimos cuenta de completos informes de los medios de comunicación local sobre el mal estado de la semaforización en la ciudad. Un tema a todas luces alarmante.

No solo de semáforos permanentemente dañados por exceso de lluvias, de sol, de viento, de polvo o de cualquier cosa, sino de elementos absolutamente viejos y fuera de lugar para una ciudad como la nuestra, que ya se calcula pasa los 500 mil habitantes. Un sistema que no es tal y requiere convertirse en eso, en un sistema de semaforización eficiente, efectivo y eficaz, acorde a los estándares de las ciudades de hoy. Ello se necesita con urgencia, no da espera ni amerita disculpas.

Pero más preocupante, terrible y alarmante aún que ese inservible sistema de semaforización de Ibagué, es el de señalización, por llamarla de manera elegante. No hay, no existe, están dañadas sus piezas, les hace falta mantenimiento.

No se requiere ser un experto o tener que contratar un estudio o un nuevo diagnóstico para saber que de eso la capital del Tolima carece. Señales de pare, de prohibido parquear, de girar en determinado sentido, de prohibido seguir, de zona escolar, de no pite, que son una verdadera vergüenza en los pocos lugares que las tienen.

La señalización o demarcación de piso, incluidas las cebras o las zonas prohibidas por cuadra dan verdadera lástima pública. Dónde está el plan de señalización o de modernización de la misma. Estamos ya en el segundo mes del segundo semestre, en el primer año de gobierno y nada de eso es realidad.

Los árboles, las fachadas y la publicidad cubren o enmascaran las señales de pare y demás, pero nada pasa. Seguramente buena parte de los accidentes que ocurren pasan por esa mínima señalización que se tiene y que hasta el momento no se nota por ninguna parte. Hace falta plata, hacen falta cuadrillas para ello, hace falta planificación, algo sucede para que un tema tan trascendental en la seguridad vial de los ciudadanos sea abordado como de segunda o de tercera mano, por la secretaría respectiva y del propio mandatario municipal, Guillermo Alfonso Jaramillo.

La ciudad ha tomado una dinámica de vías secundarias y principales por muchos barrios gracias al boom de la construcción que existe, pero ello no se compadece con el lento actuar de tortuga de los responsables municipales en el asunto. Están dormidos, viven en otra ciudad, los respalda un padrino politiquero poderoso y por eso no actúan en beneficio de la ciudadanía. ¿Qué pasa?

Por último, de las acciones buenas que se hicieron en tránsito en el pasado reciente fue el contraflujo por la avenida Guabinal frente al hospital San Francisco, cambiar el sentido de algunas calles y colocar Policía de Tránsito en sitios de alta congestión vial como glorietas por la avenida Ambalá, en la carrera Quinta con calle 44, la 15 con Primera, etc. Precisamente esto último ya no se hace este año, lo que ocasiona los enormes trancones, desespero de los conductores, contaminación auditiva, estrés y deterioro de la calidad de vida en la ciudad. ¡Lástima! Lo bueno hay que dejarlo, así sea idea de otro.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –GERSAN

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