Señor Alcalde de Ibagué, señores alcaldes del Tolima y señor Gobernador, bajo sus narices los niños del Tolima se siguen quemando con pólvora y a ustedes además de la perolata politiquera de siempre y el show circense que saben manejar bien, no se les escucha decir ni mu. Ni se conocen estrategias profundas, programas novedosos, acciones innovadoras para evitar que más niños y niñas (también adultos) sigan desfigurándose el cuerpo y dejando las cicatrices en el alma y la psiquis para siempre.
A estas alturas por lo menos siete niños e igual número de adultos ya son víctimas de esta conducta irresponsable y oprobiosa de algunos, pero lo peor es el mutismo de las cabezas de las administraciones públicas sobre el tema, como que esos menores no les importaran o mejor solo les importaran para otras cosas.
No hemos visto los tolimenses un esfuerzo racional, serio y contundente acompañado de una campaña de sensibilización, de impacto social, de inclusión a medios de comunicación, familia, líderes barriales, gremios económicos, personajes locales reconocidos o lo que sea, para trabajar el lóbulo de la conciencia ciudadana en pro de evitar que más personas se desfiguren.
Que irresponsabilidad la de estos sujetos, que seguramente saldrán con la excusa de siempre: falta de recursos, mucho trabajo, es responsabilidad de los padres y adultos, no se puede colocar un policía en cada esquina… Será que nadie les puede recordar que pensar es gratis y no duele. Que una campaña pública no cuesta mucho o cuesta nada. Que se pueden mandar mensajes permanentes sobre el tema, que existen las redes sociales, actos simbólicos, alianzas para desarrollar acciones trasversales con sectores privados y educativos. Todo para evitar tragedias y dolor.
En el caso de los mandatarios que viven en Ibagué (Gobernador y Alcalde), parecieran estar más preocupados y dedicados al glamour navideño, el reality show de las velas, de quien opaca a quién con más pomposidad e impacto de luces y sonido, ¡ha! y de pólvora. Quien va a más sectores apartados de la ciudad o el departamento, para poder subir las fotos al face o comentar por el twitter para su egoteca.
La competencia entre los dos la gente ya lo comenta abiertamente en redes sociales y medios de comunicación, asqueada y rechazando tal conducta de soberbia de este par de viejos políticos desde sus cargos públicos.
Están más dedicados a tratar de opacarse en la celebración ostentosa y ruidosa de la Navidad, de quien da más regalos, quien tiene más juegos pirotécnicos, de luces o hace la tarima más grande, sin un solo llamado a la cordura, la calma, a rechazar el uso de la pólvora, a la ingesta de alcohol sin exceso o el cuidado que se debe redoblar en esta época hacia los niños. ¿Dónde nos van a llevar con tanta acción banal?
Ojalá así sea para hacer lo que mejor hacen hasta hoy desde sus sillones: Show de imagen, comidilla de medios, fotos sociales para las redes; reaccionen, tomen un poquito de vergüenza y se pongan serios con este tema que es tan importante en esta época de fin de año.
Por último, el mayor conejo del año y de la historia reciente del país, es la que acaba de meterle a los colombianos la Corte Constitucional con el fast track. Pero a eso me referiré en pocos días. Ja, ja, ja y ni se sonrojaron sus miembros.
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