Paz Wear

Nelson Germán Sánchez

Estamos a punto de iniciar la implementación del acuerdo final creado por el Nobel Santos con las Farc. El Congreso de la República está en la labor de la implementación rápida de los puntos para darle blindaje a los exguerrilleros.

Desde que se iniciaron los diálogos hace más de cinco años, muchos ríos de tinta, babas e ideas se han hecho públicos frente a qué hacer para que los recursos del Estado, que se nos sacan del bolsillos a los ciudadanos vía impuestos (como el del IVA del 19 que pagaremos desde el próximo domingo) o por la explotación de recursos naturales, además de los de organismos internacionales y gobiernos extranjeros, lleguen a departamentos como el nuestro para cambiar las condiciones económicas y sociales de muchas familias que sufrieron el rigor del conflicto interno.

Pues llegó el momento y como siempre nuestra dirigencia política administrativa, incluso gremial, bien cortica, livianita, mucha palabrería, discurso para redes y de concreciones nada. Alianzas, acuerdos, proyectos presentados a los diversos ministerios, al Ministerio del Posconflicto para jalonar recursos que eleven los indicadores sociales y de calidad de vida de los pobladores de esas zonas, más bien poquitos. Consulten y verán.

Por fortuna, iniciativas desde lo privado como la del empresario Jáder Zuleta Calderón y sus hijas sacan la cara en esta falta de iniciativas para traer recursos, además de cumplir con propósito social real de reconciliación y reintegración en el posconflicto.

Paz Wear es una idea creada hace dos años por Zuleta, quien pese a sufrir en carne propia los rigores del conflicto, las amenazas y hasta el exilio, decidió pasar del dicho al hecho. Con recursos propios puso en funcionamiento la empresa Paz Wear, donde hoy laboran 25 personas en planta y otras 25 en capacitación en el Sena, que hicieron parte o son víctimas como él del conflicto armado.

Zuleta piensa que es así como se construye país, a través de propuestas socio-económicas que puedan generar empleo y mejores condiciones, no mendigando, ni viviendo del pesar, sino confeccionando prendas para vender, con un diseño fashion enmarcado dentro del concepto de construir paz. Porque de eso se trata la iniciativa. Elaborar prendas de vestir, que comenzaron con el blanco como protagonista de la marca; camisas, camisetas, t-shirts, polos y esqueletos, para damas, caballeros y niños.

Calladamente producen 10 mil prendas al mes, que se comercializan en 35 almacenes de C.P. Company en el territorio nacional. La meta es aumentar la producción y que el proyecto se expanda y llegue a otras cadenas comerciales. La idea ya fue acogida por la Andi nacional, que el año entrante intentará montar un satélite en el Cañón de las Hermosas. Hoy se tiene un taller en Soacha (Cundinamarca). Eso es hacer, sin parafernalia, sin discursitos, sin show. Es paz real, la del país del poscoflicto. Felicitaciones a Jáder y su familia. Y para evitar especulaciones, no soy socio del proyecto, no soy amigo de los Zuleta, ni tengo nada que ver en la idea. Pero qué bueno que alguien haga por la paz de verdad.

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