Duro y sin contemplaciones

Nelson Germán Sánchez

Según Medicina Legal de finales del año pasado, cada hora llegan dos niños o adolescentes víctimas de abuso sexual, de acoso sexual o de chantaje sexual para ser valorados. La violencia sexual contra ellos va cada día en aumento, pareciera una epidemia en nuestra sociedad. Según la misma entidad nacional, en datos que proporcionó a la ONG internacional Save the Children, que hace estudios de este tipo en todo el mundo para la ONU, en el caso colombiano es menos que desgarrador saber que en 2015 el 75 por ciento de los casos que llegaron a Medicina Legal, correspondieron a menores de 14 años. Eso es aterrador por Dios.

Contra niñas entre los 10 y los 14 años se registraron siete mil 648 casos de posibles abusos sexuales. Contra pequeñitas de menos de cuatro años los casos fueron un poco más de dos mil. Pero no por ello podemos pensar que los varones, los niños, los jovencitos y adolescentes están a salvo. Pues fueron algo más de mil, pero al parecer no son tan denunciados como los cometidos contra las mujercitas.

Como si esto fuera poco, de los casi 27 mil casos de violencia intrafamiliar de 2015 en Colombia, 10 mil 430 afectaron directamente a los niños, según los mismos informes. Para colmo, en el país mueren por homicidio 2.5 niños al día.

Según se sabe el Icbf tiene bajo su tutela a un poco más de 115 mil niños para restablecer sus derechos. Esas y esos menores ingresaron por maltrato (cerca de 25 mil casos) y por abuso sexual (algo más de 20 mil casos). No sé a ustedes pero esto asquea, da rabia en el corazón, entristece enormemente ese salvajismo, la conducta inhumana y atroz con que seguimos tratando a nuestros niños, la indiferencia e indolencia de muchos, incluidas nuestras autoridades frente al tema.

También, duele conocer que en buena medida los abusadores son familiares, vecinos o conocidos, pero que acechadores también son autoridades, figuras públicas, personajes de la política nacional y regional, quienes algunas veces endulzan a adolescentes con promesas de dinero, puestos, contratos o simplemente los embriagan para colmar sus ansias de abuso. Precisamente para una investigación periodística que desarrollo sobre el particular y los desafueros de un personaje en esta área, le consulté a algunos conocidos de la Fiscalía, el Icbf, la Defensoría, la Procuraduría algunas situaciones jurídicas particulares que podrían aplicarse a estos canallas de la vida pública, pues entiendo que su condición de funcionarios públicos merecen otras consideraciones legales.

Por todo esto, creo que debemos apostar por una revaloración de lo que entendemos por niñez, trabajar en ello cultural y educativamente, reforzar las leyes y códigos mientras surte el efecto de la reeducación, de lo contrario no pasará nada.

Sigue siendo una pérdida valiosa de tiempo   discutir si cadena perpetua o muerte para los abusadores de menores; pues claro que sí, aunque es más efectiva, económica y útil socialmente la segunda, en eso no hay discusión.

Ni se deben encender pasiones para la discusión pública bajo el falso argumento académico o de humanidad para con estos monstruos, nada de rebajas o topes de años de condena para ellos, para simplemente quedar bien o como diría nuestra inepta canciller Holguín “ubicarnos en los estándares internacionales humanitarios, por los cuales somos históricamente reconocidos” pamplinas.

Duro y sin contemplaciones con ellos, y más si son familiares o personajes públicos llamados a dar ejemplo.

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