La Ashura, Husséin y Jesús

Nelson Germán Sánchez

Ashura es una literación de la palabra árabe “yawm asura” festividad religiosa islámica celebrada por el chiismo a propósito de la festividad del Muharrám, dentro de su calendario lunar, que a propósito es 12 días más corto que el calendario solar gregoriano nuestro. El más reciente Muhurrán se calcula fue el 22 de septiembre de este año que termina.

Allí se conmemora el martirio del Imán Husséin, nieto del profeta Mahoma y el líder espiritual del ala del musulmán llamada chiismo.

Cuenta la tradición que Yazid el califa, que quería que se le reconociera como tal por imposición de su padre que había desconocido la tradición de elección para designarlo directamente implantando una monarquía, pero varios grupos musulmanes creían que ese califa era una persona corrupta e incompetente que llevaba a cabo todo tipo de prácticas contrarias al Islam mismo.

En la historia de la humanidad y a propósito de la Natividad que acabamos de celebrar los cristianos, se nos muestran semejanzas y similitudes en la vida de personajes que transcienden. Este es el caso de la vida de Husséin, nieto del profeta Mahoma, y Jesús de Nazareth. Por ejemplo, ambos parecían predestinados a dar lecciones al mundo sobre amor, perdón, convivencia, a través de vidas ejemplarizantes pero martirizadas. Al igual que Jesús el Imán desde pequeño, el mismo día de su nacimiento, fue señalado por su abuelo Mahoma como aquel que moriría para recomponer la fe en el Islam y preservar sus enseñanzas. Que lo asesinarían, los poderosos y políticos de su época. Con la vida de Jesús ya sabemos qué paso.

Al igual que Jesús, el martirio del Imám Husséin impacta profundamente en lo social y en lo espiritual de su religión siglo tras siglo. Se supone que fue asesinado en el año 659 de lo que ellos llaman el tiempo común que es el nuestro y aún se le recuerda y venera.

Husséin, tanto a sus amigos como enemigos, siempre los orientó y educó no sólo a sus amigos, porque según se dice el islam es el mensaje divino de la misericordia cuya misión principal es educar al ser humano en vez de condenarlo.

Por tanto, siempre llamó al diálogo y a la paz, esforzándose en evitar que se derramara sangre inocente. Para los cristianos las enseñanzas del líder son muy similares.

Ese mártir islámico dejó reflexiones profundas sobre como que el hombre debe marcarse objetivos nobles y para lograrlos debe emplear todo su esfuerzo. Su objetivo fue no aceptar la opresión en la adoración a Allah o Alá. La libertad se debe defender con la propia vida. Vivir bajo el yugo de los tiranos es una humillación y morir bajo sus espadas es un triunfo.

Por eso sentenció que “La muerte para mí es mejor que cabalgar sobre la ignominia, es decir, vivir sometido al opresor”.

Igualmente, que no se debe abandonar el camino de la verdad ni cambiarlo por la mentira, aunque en esa senda se pierdan los bienes, los hijos y la vida. Un poema de la comunidad chiita resume las enseñanzas de Husséin así: “Si el mundo se considera algo precioso, la recompensa divina es mucho más noble. Si los cuerpos fueron creados para la muerte, el martirio es la mejor forma de muerte. Si los bienes han de ser abandonados totalmente, ¿qué sentido tiene codiciar lo que se ha de dejar?

–Gersan-

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