Ibagué fue fundado en otro sitio

En nuestro medio somos dados a repetir lo que alguien dijo o escribió, sin entrar a reflexionar y contrastar dicha información, por eso tradicionalmente hemos repetido lo que el cronista Lucas Fernández de Piedrahita manifestó sobre la fundación de la ciudad en el lugar que hoy ocupa Cajamarca, sin más ni más.

Sin embargo, en estos meses, un fotógrafo, documentalista e inquieto investigador del pasado de la región, Floriberto Cardona Cedano, le hizo un seguimiento y una interpretación a los textos de los cronistas españoles que se han referido al tema y tiene una hipótesis.  

Fruto de estas pesquisas Floriberto ha redactado un breve texto que tituló: “Cerro La Picota o Mesa de Ibaque, lugar donde se fundó la ciudad de Ibagué”.  


En su presentación el autor plantea que: “Aguado y Simón coinciden en afirmar que la ciudad de Ibagué se fundó al lado de un cerro o 'mesa' que luego del traslado de la ciudad al sitio actual se seguiría llamando La Mesa de Ibagué”. E inicia su contrastación con lo afirmado por Lucas Fernández de Piedrahíta, versión que hemos venido repitiendo desde que nos tocaba recitarla a la señorita Yetri, en segundo de primaria.


Floriberto intenta precisar contemporáneamente los lugares enunciados por Fray Pedro de Aguado, pues considera que el río Tolima que menciona el cronista corresponde al río Alvarado, el cerro que los nativos llamaban “Ibaque” es el de La Picota: y que los dos ríos que lo bordean son el Anayma (río de Lachina)  y el otro del valle de Mathagaima (quebrada La Caima).


El breve texto, que está ilustrado con un mapa donde se muestra la hidrografía de la región, resulta reiterativo en alguno de sus apartes debido a la intencionalidad de desvirtuar lo dicho durante muchos años y lograr la revaloración de los relatos de la conquista adelantada por los españoles en nuestro territorio.


Un aporte que puede resultar interesante es el caso de Juan Portillo, un encomendero que entabló querella contra Andrés López de Galarza “porque le habían arrebatado los tributos de sus indios encomendados en la ribera del río Lachina”.


Un amigo sostiene que las vicisitudes del nacimiento de las instituciones, al igual que la de los seres humanos, determinan la salud y el futuro de las criaturas.


En ese sentido la falta de precisión del lugar de nacimiento de Ibagué nos explicaría alguno de los males que nos persiguen, por ejemplo, la falta de seriedad y rigor con que asumimos nuestra propia historia, por eso el texto de Floriberto resulta provocador y bien podría centrarnos en un debate que establezca  la realidad de nuestro pasado.


Los historiadores tienen la palabra.



(*) Profesor Titular UT

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMIN (*)

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