Contra el delito

Resulta que la banda se había apoderado de varias viviendas mediante amedrentamiento, amenazas y violencia y había dotado a las casas ocupadas de elementos de vigilancia y cámaras de video que permitían advertir a los malhechores de la cercanía de las autoridades.

La sorpresa no solo fue para los habitantes de la región sino ha tenido trascendencia nacional. En efecto, la llamada “Operación Apache” realizada por la Policía Metropolitana de Ibagué y que , hasta ahora, se ha saldado con la captura de 25 integrantes de una peligrosa banda liderada por Sneider Smith Ramírez , apodado “El Indio”, ha causado estupor en la comunidad y ha asombrado a la ciudadanía colombiana por sus alcances, estructura y ramificaciones.

En total a los capturados se les imputa ocho delitos: Homicidio, desplazamiento forzado, desaparición forzada, concierto para delinquir, hurto, porte ilegal de armas, lesiones personales y tráfico de alucinógenos.

A lo que fácilmente podría añadirse el agio ya que una de las fórmulas utilizadas por el cabecilla para incrementar sus recursos era la modalidad del crédito “gota a gota”, complementado por las amenazas, atentados y asesinatos para quienes no atendían los gravosos intereses.

Ante la peligrosidad de la banda y sus ramificaciones hubo la necesidad de trasladar el proceso a Bogotá y a sus integrantes a diferentes sitios de reclusión del país.

El asombro creció cuando se conoció que el centro de actividades de los criminales estaba situado en el barrio Nueva Castilla de la capital del Tolima, una urbanización levantada dentro de un programa gubernamental de viviendas de interés social (que por cierto estuvo rodeada de toda suerte de controversias y negociados en su construcción) y que había sido entregada muy recientemente a los beneficiarios. Resulta que la banda se había apoderado de varias viviendas mediante amedrentamiento, amenazas y violencia y había dotado a las casas ocupadas de elementos de vigilancia y cámaras de video que permitían advertir a los malhechores de la cercanía de las autoridades.

No es la única de las organizaciones criminales desmantelada recientemente pero al parecer es, de lejos, la más peligrosa, por lo que no solo se debe elogiar a la Policía por el éxito obtenido en el desmantelamiento de la organización delictiva, sino alentarla a erradicar lo que queda de la banda y que ha logrado evadir a las autoridades. De la misma manera a continuar con esa encomiable labor con el apoyo de la ciudadanía, pues lo que se hace evidente en los recientes operativos es el funcionamiento en la ciudad de peligrosas bandas a las que no se les debe permitir anidar, so pena de que ocurra lo que acontece en Medellín , en donde la laxitud y connivencia de grandes sectores de la sociedad con los narcos y otros delincuentes ha terminado con permear a toda la comunidad, al punto de que el centro de la capital antioqueña está totalmente avasallado por bandas criminales.

REDACCIÓN EDITORIAL

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