La hora de los argumentos

Como telón de fondo se agita una campaña de meses que busca la salida del actual Presidente de la más importante compañía colombiana, Javier Gutiérrez Pemberty, para sustituirlo por candidatos que, muchas veces, carecen de los conocimientos, la experiencia y la personalidad requeridas para una posición vital y estratégica , más aún cuando se vive un momento de crisis mundial en la industria.

En el 2003 el país no hizo uso de la cláusula de reversión en los campos de gas de La Guajira. La excusa, en ese entonces, que aún hoy nadie se la traga, era que Ecopetrol carecía de los 50 millones de dólares que se requerían para hacerse cargo de la explotación de los yacimientos de Ballenas. Más aún la petrolera estatal no había encontrado quien le prestara esa suma. Por consiguiente todo ese potencial de producción siguió en manos de Chevron que ha obtenido en utilidades varias veces la suma mencionada. Por supuesto que muy poco después Ecopetrol estaba haciendo inversiones en exploración y ampliación de proyectos dentro y fuera del país, pero el grueso de las utilidades del gas se volatilizó con las inaceptables excusas.

Por estos días se debate un caso parecido con relación a los yacimientos de Campo Rubiales, explotados actualmente por la empresa canadiense-venezolana Pacific Rubiales, tan generosa en pauta publicitaria para medios y “creadores de opinión”, que están a pocos meses de quedar disponibles para Ecopetrol por cuenta de la cláusula de reversión.

De nuevo se agita el argumento de la falta de recursos de la petrolera colombiana por cuenta de la caída de los precios internacionales del petróleo, a lo que se añade un elemento adicional con la supuesta incapacidad técnica de los operarios colombianos para explotar los campos con depósitos residuales y crudos pesados.

Como telón de fondo se agita una campaña de meses que busca la salida del actual Presidente de la más importante compañía colombiana, Javier Gutiérrez Pemberty, para sustituirlo por candidatos que, muchas veces, carecen de los conocimientos, la experiencia y la personalidad requeridas para una posición vital y estratégica , más aún cuando se vive un momento de crisis mundial en la industria.

Como no ocurrió cuando el debate del carbón en tiempos de Galán, o cuando la negativa a extender el contrato de Santiago de Las Atalayas a la British Petroleum, o el ya mencionado gas de Ballenas, en esta oportunidad hay un apreciable número de congresistas (de diversos sectores y bancadas) que han tomado cartas en el asunto y han requerido información técnica y precisa sobre la situación pues la decisión a tomar ha de tener enormes repercusiones para la vida de Ecopetrol y las finanzas del estado.

Resulta vital para la sanidad financiera de Ecopetrol encontrar mayores márgenes de utilidad en la operación en momentos de turbulencia, así como del éxito de esa decisión deben derivarse los recursos que percibe el Estado en momentos en que las necesidades crecen y los compromisos para la ejecución de impostergables programas, ponen en desequilibrio las finanzas gubernamentales.

En esta ocasión no habrá quien salga con argumentos deleznables ni perjudiciales para el bienestar colectivo y si lo hay tendrá que saltar por encima de sólidas posiciones que no darán su brazo a torcer sin importar embates mediáticos, pautas generosas o incentivos de localización.

REDACCIÓN EDITORIAL

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