Editorial: Con zanahoria, por un lado, y el látigo, por el otro

A Colombia le funcionó el diálogo, pero con Guyana la cosa es a otro precio. Algo va de un arenal sin agua a una zona con yacimientos de petróleo. No hay que olvidar que el 6 de diciembre habrá elecciones para la Asamblea Nacional en el país vecino.

El controvertido Decreto 1787 del 27 de mayo del presente año del gobierno venezolano por medio del cual se creaban zonas de defensa marítima en los límites con Colombia, en La Guajira y, en el Esequibo, con Guyana, fue echado para atrás en su totalidad y reemplazado por el 1859 que ha de conocerse en su integridad a lo largo del día de hoy.

El mencionado decreto eliminado había generado numerosas y diversas reacciones en Colombia, Guyana y el mismo Washington. No faltó en Colombia quien reclamó el retiro del embajador en Caracas y la exigencia perentoria de la anulación de lo decidido unilateralmente por Caracas.

Afortunadamente, para la relación entre las dos naciones, bastó el envío de una nota de protesta para que Maduro, en un discurso desde la Asamblea Nacional, procediera a anunciar la eliminación del decreto y a continuar en el estado anterior con los límites en disputa. En efecto, el presidente venezolano abogó por el mantenimiento de unas relaciones estables y sin contratiempos.

No ocurrió lo mismo con Guyana con la que se mantiene una disputa por la zona del Esequibo que comprende más de 160 mil kilómetros cuadrados (cerca de tres cuartas partes del territorio guyanés) que para hacer más complicado el asunto resulta potencialmente rico en petróleo.

Contra el gobierno de Georgetown Maduro volvió a esgrimir el argumento del complot internacional auspiciado por Washington y con la petrolera Exxon de por medio (multinacional que opera los campos donde se han encontrado los yacimientos), acusa Maduro al presidente David Granger de Guyana de utilizar un lenguaje ofensivo lleno de frases de desprecio y racistas a más de reclamar la solidaridad internacional para defenderse de la “agresión imperialista”.

A Colombia le funcionó el diálogo, pero con Guyana la cosa es a otro precio. Algo va de un arenal sin agua a una zona con yacimientos de petróleo. No hay que olvidar que el 6 de diciembre habrá elecciones para la Asamblea Nacional en el país vecino.

REDACCIÓN EDITORIAL

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