Editorial: La plaga

El Primer Ministro calificó a quienes tratan de llegar a Inglaterra a través de Calais como “plaga” a la que se le cerrarán las puertas y, si logran cruzar el canal, se les expulsará sin contemplación.

No acaba el mundo de asombrarse ante las declaraciones del primer Ministro Británico, David Cameron, sobre los inmigrantes africanos y asiáticos que huyen del hambre, la guerra y la intolerancia y pretenden encontrar en Europa, para ellos y sus familias, las opciones de vida que no hay en sus países.

El Primer Ministro calificó a quienes tratan de llegar a Inglaterra a través de Calais como “plaga” a la que se le cerrarán las puertas y, si logran cruzar el canal, se les expulsará sin contemplación.

Repite Cameron la posición de Le Pen y otros representantes de extrema derecha europea, con sus consignas xenófobas y racistas. Tal parece que al Primer Ministro, por andar fumando marihuana, no le interesó indagar mucho en sus clases de historia en Eton o lo hizo en textos inspirados en ‘Mi Lucha’ u otros textos en boga en la región antes de la Segunda Guerra Mundial.

¿Habrá tomado contacto Cameron con lo ocurrido en las penosas ejecutorias del imperio colonial inglés? ¿Alguien le habrá dicho de la devastación propiciada en el África, en Asia y el Caribe? ¿Tendrá idea de lo ocurrido por razón del tráfico de esclavos propiciado por el Gobierno inglés? ¿Sabrá algo de la Guerra del Opio? Al parecer no, pero sus copartidarios, opositores y pueblo inglés en general deberían salir al quite para mitigar la vergüenza que producen esas palabras.

Lamentablemente el Primer Ministro, a más de desconocer la historia del Imperio, tampoco parece muy ducho en los sucesos recientes cuando a instancia del Gobierno inglés (con sus aliados, por supuesto) se produjo la invasión a Iraq, clave en la desestabilización de la región en la que se escenifican los desastres humanitarios de Siria y Libia que solo son complemento del hambre y la inviabilidad en que se debaten los países de área subsahariana y las complejas situaciones humanitarias de los rezagos colonialistas en África y Asia.

Tal vez tampoco recuerda Cameron cuando de todas las colonias y excolonias de la Comunidad, sin distingos de razas, religiones o color de piel acudieron los ciudadanos a luchar al lado de los soldados ingleses contra la amenaza del Eje de apoderarse del mundo y de Inglaterra en particular. Seguramente que Churchill jamás los calificó de “plaga” .

¿Todavía estará vigente en el parlamento inglés la moción de censura? Para evitar que a los civilizados ingleses los sigan avergonzando sus mandatarios.

REDACCIÓN EDITORIAL

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