Editorial: Mentiras, embustes y costos adicionales

Por lo que se han podido dar cuenta que los daños son producto de la incompetencia de los contratistas ya que no más el pasado domingo se presentaron filtraciones en cinco sitios de la obra instalada.

En ocasiones se pretende ocultar por medio de embustes y manipulaciones lo que no es otra cosa que ineptitud y corrupción. El resultado de tales conductas se convierte en mayores costos, desperdicio de tiempo y recursos adicionales y daños mayores que en ocasiones son superiores a los de la torpeza que los originó.

Basta repasar tres casos icónicos que llenan de vergüenza a la capital del Tolima y a sus ciudadanos.

El más longevo es el del acueducto complementario en el que han participado diversas administraciones. Se obtuvo la promesa del Gobierno central de contribuir con un buen volumen de recursos para la culminación de la imprescindible obra. Se compró la tubería requerida para la conducción del agua desde la bocatoma hasta la planta de tratamiento y se contrató la instalación de la misma en una primera fase con la entrega de los correspondientes anticipos y diseños para realizar los trabajos en 11 meses. De eso han transcurrido casi 4 años y lo único que se conoce es que las obras están paralizadas, el municipio anunció que va a liquidar el contrato y se especula por un pago adicional a los contratistas por un valor superior al del total del contrato original ( ¿El doble? ¿ El triple ? Solo lo sabe el asesor bipolar).

Algo similar ocurre con la restauración del Panóptico, tarea para la cual y tras un dilatado trámite con el Inpec se entregó el edificio y se proveyó al proyecto con cinco millardos de pesos, suficientes para la culminación del proyecto. La contratación cayó en aviesas manos que dilapidaron los recursos originales y muchos más a través de los años para dedicarlos a obras extrañas a la construcción a restaurar, a pagar inoperantes interventorías y a llenar la faltriquera de no pocos mercenarios. Mientras crecía la fama de ineptitud de las autoridades ibaguereñas.

Para no quedarse atrás en el escalafón de la ignominia se comprometió la administración actual en suministrar agua para un complejo habitacional de mil 100 apartamentos llamado El Tejar , que hace parte del programa nacional de viviendas gratuitas. Los constructores entregaron la obra en diciembre de 2014, tan solo se han adjudicado 480 apartamentos a los que se suministra el agua con carro tanques y la administración alega que la conducción del agua desde la zona de Cataima y Cataimita no se ha culminado por razón de unos supuestos actos de vandalismo por parte de los vecinos del lugar de captación (acusación que solo cabe en las retorcidas mentes de los mentirosos y de periodistas a tarifa). Ante tan grave denuncia se ha enviado un contingente de 30 soldados para evitar los supuestos saboteos, por lo que se han podido dar cuenta que los daños son producto de la incompetencia de los contratistas ya que no más el pasado domingo se presentaron filtraciones en cinco sitios de la obra instalada, que se suman a otros 200 incidentes similares que lo único que han hecho es causar daños a la banca de la carretera que es la vía de evacuación de los vecinos del volcán Machín.

¿Habrá algún organismo de control que esté llevando la cuenta de los costos colaterales de tanta estulticia?

REDACCIÓN EDITORIAL

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