Editorial: Evolución, que llaman

Aquí en Ibagué no nos quedamos atrás, pues muchos recuerdan destacados agiotistas que fueron presidentes de prestigiosos clubes y despachaban en una oficina en el edificio del Banco de la República o habían sido gerentes de bancos estatales.

La actividad de la usura ha sido objeto de desprecio a través de la historia de la humanidad y prueba de ello ha sido el tratamiento otorgado por las grandes plumas desde El Dante que les reservó el Cuarto Círculo hasta Dostoievski, que forjó Crimen y Castigo alrededor de la figura de una prestamista.

No hace muchos años los ciudadanos que se dedicaban a estos asuntos eran oscuros personajes asociados con las sombras y denigrados por la sociedad.

De hecho en Colombia existe una tasa de usura que no puede sobrepasarse en los créditos concedidos, pues puede ser sancionado por la ley quien así actúa. No obstante esta reglamentación se convierte en letra muerta por la abierta operación de los llamados “gota a gota” o sea el agio llevado al extremo, con tasas que rondan el 10 por ciento diario y que ha sido adoptado por las bandas criminales como fórmula para acrecentar sus recursos, dominar territorio, sojuzgar ciudadanos y recaudar los dineros del microtráfico, a través de unas llamadas “oficinas de cobro” , que utilizan la violencia para con aquellos que no pueden atender los pagos, se niegan atender las extorsiones, forman parte de bandas rivales o son prestamistas que deben ser sacados del mercado. De hecho esta modalidad con su componente de violencia y tráfico de estupefacientes se ha convertido en herramienta a exportar por las bandas criminales que ya utilizan los abyectos métodos en Argentina, Chile, Perú, Bolivia y Panamá, a extremos tales que ya en Antofagasta y en Panamá se han conformado movimientos anticolombianos que rechazan la presencia de estos grupos.

Contrasta lo que sucede con actitudes que se perciben en otras sociedades: en Estados Unidos se ha pasado de penumbrosas películas en blanco y negro como ‘El Prestamista’, con Rod Steiger, en la que se mostraba la degradación moral del agiotista a lo que sucede actualmente en los canales de cable en los que se programan realities muy exitosos con lo que acontece en casas de empeño en Las Vegas, Louisiana y Chicago.

Aquí en Ibagué no nos quedamos atrás, pues muchos recuerdan destacados agiotistas que fueron presidentes de prestigiosos clubes y despachaban en una oficina en el edificio del Banco de la República o habían sido gerentes de bancos estatales.

Pero como aquí para ciertos asuntos vamos a la vanguardia, hasta candidato del gremio a la Alcaldía tenemos en la liza, con el apoyo de varios partidos y movimientos.

REDACCIÓN EDITORIAL

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