Editorial: De la chatarra como fuente de “torcidos”

Tal parece que la chatarra es un elemento que agudiza el magín de defraudadores y estafadores y hasta pone en peligro la estabilidad de las comunidades.

El crecimiento de países como India y China provocó un apetito desbordado por materias primas y alimentos que, también, produjo toda suerte de negocios ilícitos en diversas economías.

Por ejemplo, para conseguir cobre y aluminio a como diera lugar se produjo en varios países una epidemia de robos y vandalismo que afecta las redes de servicios públicos o hace que se destruyan contadores y transformadores para obtener los componentes metálicos. Allí no ha parado todo, ya que otros más aventajados han mimetizado sus acciones fraudulentas con supuesta comercialización de chatarra o esgrimido su experiencia como intermediarios de tales productos para acceder a negocios o ventajas estatales.

Los escenarios son múltiples y las fórmulas utilizadas por los saqueadores infinitas: basta ver tres ejemplos de lo acontecido en Colombia con chatarreros en diversos escenarios, uno de los cuales es de palpitante actualidad y presenta serios inconvenientes para la estabilidad social y económica del país.

Empecemos por lo local: la pasada administración de Ibagué entregó a un ciudadano llamado José Alexander Pérez un contrato de 74 millardos de pesos para construir escenarios para los fracasados Juegos Nacionales. La experiencia del sujeto: la ejecución de trasteos y negocios de chatarra. Las obras nunca se ejecutaron, a Pérez lo acaban de multar por incumplimiento de contratos y los escenarios están en ruinas. Manes de la chatarra.

La Dian y la Fiscalía han capturado a James Arias, apodado ‘el Rey de la Chatarra’, se le han incautado 384 bienes dentro de un proceso por medio del cual estafó a la Dian en 250 millardos de pesos mediante la utilización de falsos registros de exportación, exportaciones ficticias y supuesta compra de chatarra. Tomás y Jerónimo Uribe Moreno aceptaron haber tenido negocios con Arias y los dos hermanos están siendo investigados por supuestas operaciones falsas de compra de chatarra en negociados que la Dian estima han afectado al fisco en más de cinco millardos de pesos. Todo en chatarra.

Por último, el paro camionero que tiene paralizado a medio país con argumentos que no son del todo claros, que han provocado desabastecimiento en varias regiones y alteración del orden público, está liderado por Pedro Aguilar, a quien directivos del gremio camionero como José Ignacio Montealegre, presidente de la Asociación Gremial de Transportadores, acusan de maniobras fraudulentas para adueñarse de los recursos de los camioneros en el proceso de “chatarrización” de los vehículos. El propio Ministerio y organismos gremiales de transportadores estiman que son más de 10 mil los camiones que no han sido “chatarrizados” y por los que el Gobierno pagó, muchos de ellos fueron vendidos por partes. Por lo que uno de los motivos de inconformidad se origina en los controles que se han establecido para evitar la estafa. De nuevo la chatarra.

Tal parece que la chatarra es un elemento que agudiza el magín de defraudadores y estafadores y hasta pone en peligro la estabilidad de las comunidades.

REDACCIÓN EDITORIAL

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