Editorial: Todo a la venta

Esta última entidad se apresta a oír en indagatoria a los siete primeros médicos vinculados a las maniobras fraudulentas y se estima que hay no menos de doscientos que están siendo investigados por las mismas razones.

Hace unos pocos años una alta funcionaria del Ministerio de Educación fue separada de su cargo en razón a que utilizaba su posición para obtener dinero a cambio de favorecer en las evaluaciones del Ministerio a entidades de educación superior que carecían de las calidades requeridas.

Tal parece que los malos hábitos son difíciles de erradicar y en esta ocasión se conoce de un mayúsculo escándalo derivado de las gestiones fraudulentas de funcionarios del Ministerio para favorecer a profesionales de la medicina, que de manera torticera lograron obtener de la entidad el reconocimiento de especializaciones para las cuales no habían cumplido con los requisitos mínimos.

Si lo ocurrido anteriormente sirvió para afectar los estándares establecidos para la educación superior y engañar a los estudiantes de mediocres instituciones, en el caso actual lo que se pone en juego por el engaño es nada menos que la salud y la vida de los colombianos que caen en manos de incompetentes y mercachifles que degradan la profesión.

Con asombro el país ha visto cómo universidades y organismos científicos y gremiales de Argentina, Brasil y Perú niegan la validez de los títulos que soportan la legalización de las especializaciones para la delicada tarea de la práctica de cirugía estética.

Son apenas cursos de un fin de semana o sesiones a distancia que están lejos de la dedicación exclusiva por cuatro años que los verdaderos especialistas siguen para obtener los títulos tras extensas jornadas académicas presenciales y prácticas con supervisión rigurosa.

Es algo así, como aprender a nadar por correspondencia con la diferencia de que en este caso quien pone en peligro su salud y su vida es quien toma el curso, mientras en los casos mencionados de cirugía estética lo que resulta afectada es la salud y la vida de sus pacientes. Por cierto, se multiplican las muertes y lesiones permanentes de los incautos que caen en las redes de los piratas.

Finalmente, algo está sucediendo: la funcionaria del Ministerio culpable de las manipulaciones ha sido despedida y encausada por la Fiscalía. Esta última entidad se apresta a oír en indagatoria a los siete primeros médicos vinculados a las maniobras fraudulentas y se estima que hay no menos de doscientos que están siendo investigados por las mismas razones.

Cuando la sal se corrompe…

REDACCIÓN EDITORIAL

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