Cantó “El Chatarrero” y no precisamente un bambuco o un bolero de esos que tanto le hacen falta por estos días a la música nacional. El homónimo del ex secretario de infraestructura Jorge Pérez, con quien además de compartir el mismo nombre comparten el haber hecho parte del entramado criminal del desfalco de nuestros Juegos Nacionales, al parecer se convirtió en el testigo clave del proceso, y junto a Oswaldo Mestre, han ido develando serios detalles frente a los responsabilidades políticas del gran robo, y en las que han ido figurando además del exalcalde Luis H. Rodríguez, su fallido sucesor Jhon Esper Toledo, el exconcejal Óscar Berbeo, y para completar el combo, al jefe político de todos los anteriores, el exsenador y constructor Mauricio Jaramillo Martínez.
Frente a lo dicho por ‘El Chatarrero’, tendríamos que decir que EL NUEVO DÍA tiempo atrás y en cada momento advirtió sobre todas y cada una de las versiones dadas, tales como la obvia responsabilidad de Luis H. Rodríguez, así como el respaldo burocrático y clientelista para con el entonces candidato Toledo, a quien se le prestó toda la maquinaria y contratistas para su campaña.
La relación con Óscar Berbeo, compadre suyo también había sido revelada, y la cementera Boylam, (iniciales que traducirían Berbeo Óscar y Luz Amparo Noreña), según palabras del hoy testigo, terminó lucrándose ilegalmente con cada contrato otorgado por la administración municipal, entre otras cosas con la venta del cemento de las “obras” de los escenarios de la 42. Tal parece que, de aquel joven probo, vendedor de lapiceros del barrio Ambalá ya nada queda.
Quizás lo más delicado de lo dicho por ‘El Chatarrero’, son las acusaciones confirmadas por el exsenador Mauricio Jaramillo en rueda de prensa el día de ayer, quien como representante legal de la empresa SIMA, se lucró a través de la recolección y uso de escombros de las obras de la 42 así como del velódromo Pedro J. Sánchez del parque deportivo. Jaramillo, cabeza y líder natural del partido Liberal en el Tolima, y jefe político del exalcalde Luis H., según sus declaraciones, al tiempo de que según él se distanciaba de sus amigos liberales que estaban en ese momento en el poder por diferencias en el tema de los Juegos, realizaba negocios con las empresas contratistas de las obras, como cualquier empresario, olvidando su pasado y presente político, su responsabilidad como Liberal, y su campaña a la gobernación por dicho partido y financiada según sus propias declaraciones con el dinero usufructuado en los negocios de la recolección de escombros.
Hoy, además de rechazar/lamentar desde esta casa editorial las amenazas y acusaciones del hoy empresario, constructor, entre otros y otrora senador y líder político para con la prensa tolimense, nos preguntamos si realmente ¿no fue antiético de su parte haber hablado en contra de la corrupción en cabeza de los mismos políticos que avaló, acompañaba y participaba, y como si fuera poco, haber hecho tales negocios, como si fuera cualquier parroquiano? ¿Está desconociendo Mauricio Jaramillo lo que representa como dignatario del Partido Liberal, los votos que sacó para ser gobernador de los tolimenses, entre otras cosas, para darle paso al Jaramillo empresario alejado de la política?
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