Ecocidio en Santander

Lo ocurrido que no deja de ser gravísimo, al parecer pudo haberse evitado, pues un informe revelado recientemente, da cuenta que Ecopetrol ya había alertado a la Agencia Nacional de Hidrocarburos, sobre la falta de intervención y mantenimiento, por una aparente falta de recursos para ello.

Toda una tragedia ambiental se ha vivido por cuenta del derrame de crudo en Barrancabermeja durante las últimas tres semanas. Fauna y flora fueron afectados drásticamente por cuenta del afloramiento de petróleo tras el rompimiento de un tubo, exactamente en las aguas de la quebrada Lizama, generando una gran mancha negra mezclada entre las aguas, y afectando algunas zonas del río Sogamoso, y el río Magdalena, y por ende el suministro líquido en diversos municipios aledaños.

Lo ocurrido que no deja de ser gravísimo, al parecer pudo haberse evitado, pues un informe revelado recientemente, da cuenta que Ecopetrol ya había alertado a la Agencia Nacional de Hidrocarburos, sobre la falta de intervención y mantenimiento de dicho pozo, por una aparente y poco creíble falta de recursos para ello. Hoy, aunque no podrían descartarse averías por cuenta de los últimos movimientos sísmicos, comunes en esas zonas de Santander, lo lamentable y que merece todas las críticas, son los supuestos protocolos de emergencia y contingencia, los cuales han sido escasos y poco efectivos para contrarrestar el daño causado.

Tanto a Ecopetrol, como las autoridades nacionales, quienes se han tirado la pelota de la responsabilidad en la emergencia ocurrida que ha abarcado 23 kilómetros en fuentes hídricas, les cabe una gran responsabilidad. Los primeros porque sabían del daño, y aún así no insistieron en que fuera intervenido, ni lo intervinieron, y la segunda porque dejaron a merced de la empresa de la iguana, las supuestas labores de contingencia, que han sido insuficientes, pues además de mentir, cuando en el primer día de la emergencia dijeron tenerla controlada, al parecer ocultaron información suministrada por parte de la Contraloría, que hace dos años había advertido de los daños y fallas en ese pozo, y de los incumplimientos de Ecopetrol para cerrarlos.

Hoy, luego de casi un mes de inmenso daño ambiental, más allá de las investigaciones que en este tipo resultan infructuosas, es necesario dejar en claro que sí hubo un incumplimiento de la norma por parte de Ecopetrol, y que también ha habido una pasividad extrema por cuenta del Ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, quien pareciera estar más interesado en defender los intereses privados de la rentabilidad, que proteger y salvaguardar el medio ambiente, que entre otras cosas, se ha visto afectado en los últimos años debido a la industrialización de ciudades como Bogotá y Medellín, y en donde poco o nada se ha hecho, más allá de medidas reduccionistas y minúsculas.

En vista de lo ocurrido en Santander, y de la evidente mala planificación y pobre reacción ante una emergencia como esta, ¿será que algunos candidatos y dirigentes políticos siguen viendo el ‘fracking’ como una buena alternativa?

REDACCIÓN EDITORIAL

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