Un nuevo comienzo

Aquí y en diferentes zonas del país azotadas por la guerra, se requiere recuperar la dignidad, y pelear por los derechos. ¿Estará eso en la agenda del próximo presidente?

Una de las preocupaciones en torno a la finalización de la guerra en Colombia, era la forma en la que excombatientes y personas que de manera indirecta fueron parte del conflicto, iban a sostener su vida social y económica, sin saber otra cosa que hacer más que disparar, delinquir, o hacerles el quite a las balas.

Sin embargo, aquello se ha visto solucionado, en parte, gracias a la voluntad por aprender de algunos exguerrilleros, que hoy en día se dedican a misiones artísticas, culturales, y principalmente a las labores del campo, como es el caso de alias ‘Romaña’ que en sus épocas de comandante, era el encargado de coordinar los secuestros y las famosas pescas milagrosas. Hoy el exguerrillero dedica su tiempo a los cultivos de maíz, y gracias a ello el gobierno sueco le aportó a él y a un grupo de personas que buscan una segunda oportunidad, 160 millones de pesos, con el fin de producir 3000 toneladas de maíz. Aparentemente no ha tenido problema alguno en su nueva vida como agricultor.

De la misma forma como ha ocurrido con ellos, quienes, para muchos, quizás no merecieran una segunda oportunidad; las comunidades indígenas, afro, y campesinas del sur del Tolima, y que estuvieron inmersos en el conflicto como víctimas, desde septiembre del año pasado, vienen trabajando en la búsqueda de un nuevo comienzo, y que les permita, no solo desempeñar todo tipo de actividades que les permita subsistir, sino en la búsqueda y reclamo de sus derechos fundamentales, cosa que en tiempos de guerra, era solamente una utopía.

Las mesas de trabajo que han venido adelantando 14 comunidades del sur del departamento, tienen como propósito fortalecer un documento como hoja de ruta, que les permita avanzar en la consolidación de una política que les garantice una vida digna. Para ello, decidieron unir esfuerzos y apostarle a la formulación del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial, y a los Planes de Acción para la Transformación Regional, iniciativas que permitirán brindar justamente una nueva oportunidad a dichas poblaciones en todo sentido.

Los cinco pilares fundamentales del documento a construir, y que simbolizan la red de pesca o tejido de chile, tienen que ver con la educación, salud, vivienda, infraestructura, y procesos de economía y agropecuaria, y que deberán convertirse en mandato del pueblo, sin la excusa o el temor de la guerra.

Hoy ad portas de un nuevo gobierno en Colombia, resulta más que necesario, que, así como algunos se han fijado en los excombatientes para tenderles la mano, se haga lo mismo con esos otros actores del conflicto, que jamás cometieron delito alguno, pero que vivieron en medio del fragor de las balas, y no tuvieron alternativas.

No basta con financiar un proyecto, ni regalar unos pollos de engorde. Aquí y en diferentes zonas del país azotadas por la guerra, se requiere recuperar la dignidad, y pelear por los derechos. ¿Estará eso en la agenda del próximo presidente?

REDACCIÓN EDITORIAL

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