Luz al final del Túnel

Por el lado que nos compete a los tolimenses, hacen falta la construcción de seis túneles, cuatro puentes, y 3.3 kilómetros de segunda calzada, mientras que, por el Quindío, falta que se terminen cinco túneles, seis puentes, 6,5 kilómetros de segunda calzada, y la atención de cuatro puntos críticos.

Una de las obras de infraestructura que más ha tardado en Colombia es sin duda el Túnel de la Línea. La importancia que reviste aquella gran carretera no solo para Quindío y Tolima, sino para la movilidad del centro y occidente del país, hace décadas debió ser puesta en funcionamiento, pero desafortunadamente no ha sido así y dicha obra no solo es una gran faltante para la movilidad de una gran cantidad de colombianos, sino una oda a la tardanza y la negligencia del Estado colombiano.

Por dichas razones, cuando se supo que el presidente Iván Duque vendría al Tolima con el fin de supervisar las obras del Túnel, la noticia no tuvo el impacto esperado, pues los colombianos, y especialmente los tolimenses, hemos visto como los dos presidentes anteriores, vinieron infinidad de veces, e incluso Álvaro Uribe, fue quien inauguró el túnel en 2008 sin siquiera terminarlo. No obstante, esta vez pareciera que por fin se ve una luz al final del túnel.

En eso coincidieron el gobernador del Tolima, Óscar Barreto, y el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo. Las obras van por buen camino, (75% de avance) y según dicen es cuestión de meses la entrega. Aunque aquellas versiones de “falta poco” las hemos escuchado varias veces, el mismo Iván Duque, en compañía de Barreto, Jaramillo, su ministra de Transporte, Ángela Orozco, y el director de Invías, Juan Esteban Gil, se aventuró a decir que será él quien entregue la obra a finalizar el 2020.

Por el lado que nos compete a los tolimenses, hacen falta la construcción de seis túneles, cuatro puentes, y 3.3 kilómetros de segunda calzada, mientras que, por el Quindío, falta que se terminen cinco túneles, seis puentes, 6,5 kilómetros de segunda calzada, y la atención de cuatro puntos críticos.

Ninguna de esas obras ha sido licitada y adjudicada, y se espera que a más tardar en abril, se estén comenzando los trabajos. Frente a ello habría que decir que ojalá la obra más grande e importante de la infraestructura colombiana, y que también unirá al centro del país con Buenaventura, no sea más víctima de la corrupción como ha ocurrido también en el pasado con la Ruta del Sol y eso debe incluir, a quienes han construido puentes y se han caído como Chirajara y el viaducto entre Bogotá y Villavicencio.

Además de lo traumático y hasta temeroso que resulta siendo pasar por La Línea, hace un par de semanas, por motivo de vacaciones, y el éxodo luego de las fiestas de fin de año, fue viral la foto de varios carros recalentados, no por el clima, como algunos erradamente afirmaron, sino por la congestión de automotores que obliga a frenar, acelerar, frenar, y que termina recalentando.

Dos años largos para la entrega del túnel que ojalá no terminen siendo otros doce.

REDACCIÓN EDITORIAL

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