El presidente Duque y la deuda con el Tolima

Integrantes de la propia Bancada Tolimense han expresado su molestia por la falta de más gestión para esta tierra; y los que no lo expresan, mantienen reserva sobre el futuro de las inversiones prometidas por Iván Duque.

Siempre que Iván Duque vino al Tolima como candidato dijo, con vehemencia, que sus ancestros también eran tolimenses. Incluso, su señora madre, querida en su natal Ibagué, le acompañó en varias de sus correrías. Esa razón y otras, le valieron 380 mil votos. Luego, en sus dos visitas al Departamento, ya como presidente, una a Fresno en enero y otra a Icononzo en abril, ratificó sus afectos con sus paisanos tolimenses.

Al cumplir el primer año de mandato, los tolimenses no sentimos aún esa correspondencia entre el corazón y las buenas intenciones del Presidente de los colombianos, con las obras y los compromisos del jefe del Estado con la tierra de sus ancestros. Igualmente, la baja aceptación de los colombianos, las medidas impopulares como pretender gravar la canasta familiar; incluso, la entrega de la Cruz de Boyacá el expresidente del Senado, Ernesto Macías, tampoco cayeron bien entre el pueblo del Tolima.

Integrantes de la propia Bancada Tolimense han expresado su molestia por la falta de más gestión para esta tierra; y los que no lo expresan, mantienen reserva sobre el futuro de las inversiones prometidas por Iván Duque.

Por supuesto, no hay que desconocer que el actual Gobierno, con el concurso de la Bancada, pudo “desengavetar” la Doble Calzada Cambao- Manizales. Las obras inician en enero. Tampoco hay que desconocer la intención vigente de apropiar recursos nacionales para recuperar los malogrados escenarios deportivos de Ibagué. Lamentablemente, los vericuetos jurídicos de la contratación pública no han permitido el desembolso de esos dineros.

La sensación generalizada, incluso entre los mismos uribistas, es que el presidente Iván Duque sigue en deuda con la tierra de sus antecesores. Le quedan tres años aún, para demostrar que tiene criterio propio, que su Gobierno se puede desmarcar del gamonalismo y que podrá volver, tranquilamente, al Tolima a visitar a su familia y que encuentre muchas voces de gratitud por el avance de esta tierra en su mandato.

REDACCIÓN EDITORIAL

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