Honrar la palabra

De lo que sí puede estar seguro, señor Alcalde, es que su éxito no será mayor si lo sustenta en el desprestigio de otros.

Diez días después de posesionarse como alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado anunció que tendrá que “sacrificar” algunos de los proyectos a los que se comprometió cuando era candidato, debido al estado calamitoso en que encontró las finanzas municipales.

Durante su campaña, Hurtado enunció una serie de compromisos que hicieron de su propuesta la más votada por los ibaguereños. Entre las promesas más atractivas estaban de la construcción de la avenida 103, desde la avenida Ambalá hasta Mirolindo; viaductos sobre la carrera Quinta en las calles 60 y 25; la avenida Circunvalar, entre la calle 19 y el barrio Cañaveral, y la pavimentación de 2.500 vías de la ciudad. Al ser interrogado en su momento sobre el origen de los recursos respondió con total seguridad que el 70% del dinero sería del orden nacional, porque estas obras corresponden al Sistema Estratégico de Transporte.

Ahora, recién posesionado, afirma que no podrá pavimentar las 2.500 vías, sino 500 cuadras; también aseguró que se vio obligado escoger entre los escenarios deportivos y su proyecto bandera el “Musicable”, y las otras megaobras no las mencionó siquiera. Hay que tener en cuenta que algunos de estos proyectos requieren el concurso de varias administraciones, porque antes de comenzarlas es preciso realizar estudios, diseños, comprar de predios y, por supuesto, necesitan recursos, algo que al parecer no evaluó el hoy alcalde Hurtado.

Los funcionarios públicos deben honrar sus compromisos, del mismo modo en que se obligan a respetar las funciones administrativas que les competen y a acatar las normas fiscales y disciplinarias, y por eso no está bien que simplemente el Alcalde señale que no cumplirá. En este momento difícil es cuando Hurtado tiene la magnífica oportunidad de hacer gala de su liderazgo para consolidar apoyos y establecer alianzas con sectores del orden nacional y local: concejales, gremios económicos, empresas, congresistas y entidades de la administración central.

Ahora bien, si el mandatario encontró anomalías en la gestión de su antecesor es su obligación entablar las denuncias ante los entes de control correspondientes con las pruebas del caso; así mismo, si el aumento de la burocracia fue irregular y el municipio está desfinanciado por esta circunstancia ha de revisar los actos administrativos expedidos y revocarlos.

Gobernar no es una tarea fácil. Además de entusiasmo y de contar con respaldo político, quien asuma esta responsabilidad necesita experiencia y seleccionar un equipo asesor comprometido, honesto y eficiente. La labor de Andrés Hurtado apenas comienza y sabe que cuenta con el apoyo de los sectores sociales y económicos de la ciudad, porque respaldar una buena gestión redundará en el beneficio de todos. Pero de lo que sí puede estar seguro, señor Alcalde, es que su éxito no será mayor si lo sustenta en el desprestigio de otros.

EL NUEVO DÍA

Comentarios