La salud está primero

No solo se trata del sustento de las más de 1.000 familias ibaguereñas (que es bien importante), lo que está en juego es la salud de los tolimenses de más escasos recursos.

El hospital Federico Lleras Acosta es el centro asistencial más importante del Tolima. Allí se atienden los casos de más alta complejidad de pacientes provenientes de todos los rincones del Departamento.

Además, el Federico Lleras presta el servicio de urgencias a siete Entidades Promotoras de Salud (EPS) de los regímenes subsidiado y contributivo. En el pasado estuvo intervenido por la Superintendencia de Salud, durante más de cuatro años, debido a incumplimientos y retrasos en los pagos, pero desde 2019 volvió a tener autonomía y se convirtió en un modelo de eficiencia.

Después de tres años de relativa normalidad y de grandes avances en materia adquisición de equipos y ampliación de servicios, se comenzaron a registrar retrasos en el pago de la nómina de la planta de personal (compuesta por 1.300 trabajadores), circunstancia que se viene presentando desde hace unos cinco meses, según lo han denunciado los sindicatos del sector de la salud. 

Al comienzo de esta semana, los empleados decidieron protestar para exigir el pago del mes de diciembre. De acuerdo con lo que señala el gerente del hospital, Luis Eduardo González, el retraso se debe a que la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) no ha efectuado el giro correspondiente de los recursos para suplir estas obligaciones.

Hasta ahora no se han interrumpido las actividades y los pacientes reciben atención de manera normal, pero de persistir el incumplimiento con los trabajadores no será fácil garantizar la continuidad de los servicios. La Procuraduría ya intervino y requirió a la Adres para que efectúe la transferencia de los recursos necesarios para que el personal médico y administrativo pueda recibir sus sueldos lo más pronto posible y así asegurar la operación del centro asistencial.

Es una lástima que se presente esta situación, pues el gobernador Ricardo Orozco ha abanderado la recuperación del hospital, ha invertido importantes recursos en el mejoramiento de la infraestructura y lo ha dotado con modernos equipos; así mismo, puso en funcionamiento la sede Limonar que estuvo cerrada por más de cinco años. No solo se trata del sustento de las más de 1.000 familias ibaguereñas (que es bien importante), lo que está en juego es la salud de los tolimenses de más escasos recursos. 

El Nuevo Día

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