Compromisos y obras inacabadas

El miércoles, en un evento que incluyó presentaciones musicales y que se celebró en el coliseo mayor del Parque Deportivo, se posesionó de forma protocolaria la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda.

 

 En su discurso, Aranda adquirió compromisos con los ibaguereños. Aunque no mencionó proyectos concretos, la mandataria habló de mejorar la infraestructura vial, el acueducto y la seguridad. También indicó que se crearán incentivos tributarios para generar empleos y anunció estrategias para impulsar el turismo. Así mismo, dijo que le declarará la guerra al microtráfico que, según ella, “se apoderó de escuelas y colegios”. Y, envió un mensaje de unidad y trabajo en equipo para la gobernadora, Adriana Magali Matiz, el Concejo y los congresistas tolimenses.

 La nueva alcaldesa se encuentra ante un largo listado de pendientes que le dejó su antecesor y que se han convertido en problemas aparentemente insolubles. Los más urgentes tienen que ver con la educación; concluir las obras de los megacolegios que en algunos casos tienen cinco años de retraso y que están perjudicando a por lo menos 8.000 estudiantes ibaguereños, e invertir en el mejoramiento de la calidad, ya que los colegios públicos de Ibagué desaparecieron de los primeros lugares del ranking nacional. Instituciones como San Simón, Santa Teresa de Jesús y el Liceo Nacional tienen que recuperar los sitiales de privilegio que ocuparon por muchos años.

Otro asunto por resolver es el del servicio de agua. Grandes sectores de la ciudad padecen por la escasez; en algunos barrios el agua llega solo por unas horas y otros duran hasta una semana sin el servicio, situación que atenta contra la salud y el bienestar de la población, especialmente, los niños y las personas de la tercera edad.

 Buscar una salida al desorden en las vías, resolver las graves dificultades en la movilidad y acabar con el despelote de la Secretaría de Movilidad, calificada como una de las peores del país, debido a la corrupción, la lentitud e ineficiencia en sus procedimientos, anomalías que han obligado a que los ibaguereños busquen otras secretarías para realizar sus trámites, es otra difícil tarea a la que se enfrenta.

Concluir las obras de los escenarios deportivos destruidos hace más de ocho años (como las piscinas olímpicas), y hacerles mantenimiento a otros que ya presentan deterioro, como el coliseo de combate, que está siendo consumido por la maleza, y recuperar el parque Centenario, convertido en ruinas y que no recibió un peso durante la administración que termina. En infraestructura, además de recuperar la malla vial, tendrá que construir el publicitado puente de la 60, cuyas obras apenas iniciaron y se encuentran paralizadas.

            Ojalá le alcance el tiempo.

 

 

El NUEVO DÍA

Comentarios