La formalización de los “paleteros”, una ayuda para la movilidad

Desde hace más de un año un grupo de jóvenes se tomó la atribución de dirigir el caótico tráfico en las calles 60 y 69 con avenida Ambalá, que representan un verdadero desafío para la movilidad en horas pico, pues, debido al pésimo diseño de las glorietas, se prestan para la ocurrencia de accidentes.

Esta es una bienintencionada labor, en la que se benefician los conductores, se agiliza el tráfico y los informales consiguen algún ingreso para llevar a sus hogares. Sin embargo, este es un oficio ilegal y peligroso, pues estas personas no están investidas de autoridad, por lo cual algunos conductores, en especial los de las motos, hacen caso omiso a sus señales y se pueden producir accidentes, y en estas situaciones no se sabe con certeza, quién debe responsabilizase en caso de un siniestro. Además, estos muchachos emplean pitos ensordecedores que desesperan a los residentes del sector.

Hay que reconocer que de todas maneras prestan un servicio que es necesario, ya que la congestión es un asunto de todos los días en las horas pico y se requiere la presencia de alguien que regule el tránsito. Es evidente que no hay suficientes agentes para realizar esta tarea (a propósito, ¿dónde están?).

Por eso es bien recibida la decisión de la alcaldesa Johana Aranda de formalizar este trabajo y capacitar a estas personas. “He solicitado al equipo que tenga claro que en las calles no puede prevalecer el desorden y la falta de autoridad, ni permitir que personas sin el conocimiento necesario ocupen espacios; por lo tanto, he pedido que los vinculemos, los capacitemos y se conviertan en reguladores de la movilidad", dijo la Aranda al hacer el anuncio.

Esta es una buena noticia, pues para estos jóvenes se garantiza un trabajo formal y para los ciudadanos es beneficioso que el tránsito sea dirigido por personas capacitadas y que cuenten con el respaldo de la Alcaldía. Esta sería una labor complementaria para que los agentes se dediquen a recuperar el orden en las calles, ya que los conductores actúan sin dios ni ley y violan con descaro las normas de tránsito.

La alcaldesa no entregó mayores detalles sobre el tiempo en que serán formalizados ni el alcance de la gestión de estos jóvenes. Es preciso que sus funciones sean claras, que estén acompañados con un guarda de tránsito con autoridad y que los conductores ibaguereños cooperen y acaten sus indicaciones.

EDITORIAL

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