El asunto no admite discusión: el futuro y las opciones de la capital del Tolima y sus habitantes están supeditados a la disponibilidad de agua y como se sabe éste es un ovillo que hasta el momento no se ha podido desenredar.

El asunto es tan perturbador que los voceros de Corea del Sur y Estados Unidos ya han advertido de la seriedad con la que han tomado las amenazas y los aliados de Corea del Norte, particularmente China y Rusia, han hecho un llamado a la cordura y a la calma a los líderes de Corea del Norte.

Por años se ha llamado la atención acerca de la poca atención que pone el empresario tolimense y, especialmente, el comerciante ibaguereño a los flujos de turistas que se desplazan a la región en las temporadas de vacaciones o descanso.

¿Estará el mundo ad portas de un escándalo de dimensiones similares al de Vioxx?¿ Qué dirá el Invima?

Pasará mucho tiempo para que se reconstruya un tejido social permeado por el contrabando, el narcotráfico, las bandas asesinas, los combos y el espíritu del dinero fácil. Pero al menos están tratando con todas sus fuerzas.

Lo importante es que uno de los protagonistas más afectados por la guerra ha comenzado a hacer preparativos para la paz y esa conducta debe generar optimismo y su ejemplo ser imitado.

¿Han dejado, acaso, conocer su preocupación por el hecho de que cada vez es menos la porción de exportaciones per cápita de los habitantes de la región? ¿Ha alzado alguno su voz por las deficiencias del suministro eléctrico? ¿Le importa a alguno la carencia de agua potable o de servicios de salud adecuados?

La reforma no aguanta más postergaciones y los colombianos esperan que Salud Mía tenga una epifanía radicalmente distinta a la de Colpensiones.

La solución está en campañas de largo aliento dirigidas a hogares e instituciones educativas pregonando la necesidad de variar las conductas, pero acompañadas de labores coercitivas que hagan entrar en razón a los duros de mollera que solo entienden con sanciones y a palo.

Ya era hora de que cesara el tratamiento discriminatorio contra el Tolima que caracterizó a los gobiernos en los últimos años.