Toque por la consciencia de nuestra Capital Musical

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Más que un simple concierto de al menos 600 músicos en tarima, lo que se verá en la plaza Manuel Murillo Toro de Ibagué este jueves, a partir de las 4:30 de la tarde, es la manifestación de una ciudad que reclama espacio para su identidad y para sus artistas.

En el denominado ‘Toque por Ibagué’, que surgió “de la necesidad de despertar una consciencia entre los mismos músicos. Vivimos en la Capital Musical y hay que llevar esta consciencia a la ciudadanía en general”, comenta Érika Santamaría, artista y organizadora de esta jornada.

Serán cerca de tres horas, con bandas y orquestas de instituciones como la Efac, los conservatorios de Ibagué y del Tolima, chirimías y grupos folclóricos, así como las bandas sinfónicas de Anzoátegui y Saldaña.

“Artistas de Ibagué que se han ido a otras ciudades de Colombia también vienen al evento, está llamando la atención y despertando una mirada de respeto y dignidad hacia el arte y la cultura en Ibagué”, añade la líder.

¿Cómo será?

Al menos tres mil personas podrán disfrutar de manera cómoda en el escenario, cada una en su silla. Sin embargo, habrá prioridad para mujeres en estado de embarazo, niños y adultos mayores, según lo anuncia la promotora.

La actividad está programada para las 5 p.m., sin embargo para media hora antes se prevé una sorpresa artística, con base en una obra del artista Ángel Romero, que sin duda encantará a los asistentes y los hará quedarse en la presentación.

Libre será el ingreso al concierto, en el que se incluirá la proyección de un documental relacionado con la historia musical de la ciudad.

Noble causa

“Queremos que esto remueva esas fibras internas de la ciudad”, es la justificación de un proceso que nació de las inconformidades por el olvido hacia el sector cultural de la región.

“Esto tiene que nacer de nosotros. No podemos esperar que otros trabajen por la cultura, para mostrar a la gente que sí se puede hacer cosas maravillosas sin recursos. Aquí unos ponen las sillas, otros el sonido, etc. Aquí es el corazón y el bolsillo de los músicos”, apunta.

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