“Es reconfortante saber que mis comentarios puedan ayudar”: Martha Cruz

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Martha Cruz, una de las mujeres que más sabe de turismo en el Tolima considera que en este tema en la tierra Pijao no se ha avanzado mucho porque hay un gran desconocimiento sobre el sector. Igualmente cuenta que le encanta la música de su sobrino Santiago Cruz, le fascina el tamal, odia la gente arribista y reconoce que era adicta a los carbohidratos.

Tranquila y contando los días que le restan para emprender unas largas vacaciones, está Martha Cruz. La experta en turismo y protocolo asegura que se va de la Cámara de Comercio de Ibagué porque se pensionó, y quiere disponer de más tiempo para hacer otras cosas; con esto desvirtúa comentarios que advierten que su renuncia obedece a malos tratos de parte de Silverio Gómez.

Sin embargo, confiesa que en ocasiones han tenido diferencias y no han llegado a acuerdos, pero son completamente normales.

De otra parte, tras el viaje que iniciará el 9 de mayo por México y Estados Unidos, tiene la expectativa de dictar clases, pues cuenta con una especialización en Docencia universitaria, y quiere hacer consultoría en los campos de su interés: economía y planificación del turismo y organización de eventos.

Martha, usted lleva varios años trabajando en turismo, ¿a qué le atribuye que en el Departamento este tema haya avanzado tan poco?

Son varias las razones, una es nuestra poca capacidad para soñar juntos, tener un norte común y trabajar de manera persistente para lograr una meta. También porque hay un gran desconocimiento sobre el sector, se confunde el desarrollo del turismo con la organización de fiestas y eventos y no se ha trabajado para crear las facilidades y condiciones que requieren tanto los prestadores de servicios como los turistas para construir un destino turístico, tarea que se lleva buen tiempo.

¿Cree que desde el Gobierno se ha hecho lo suficiente para desarrollar el turismo? 

Las evidencias nos dicen que ha habido más discurso que acciones. 

Dicen que aquí la gente es amable con los turistas pero no atiende bien… ¿cómo es eso?   

Bueno, son dos cosas distintas; aquí la gente sí es amable, lo que pasa es que falta cultura turística y falta capacitación para la prestación de un mejor servicio. Un mesero que le diga “mamita, reinita, preciosa” a una clienta, seguramente piensa que es muy amable pero ese no es el tratamiento adecuado, inclusive pueden considerarlo irrespetuoso. 

Cuando hablan de turismo, usted es un referente, ¿cuál considera su principal logro?

Para mí fue muy gratificante que me invitaran a coordinar la elaboración de los Planes de Desarrollo Turístico vigentes para Huila, Valle, Nariño y Tolima, que financió el Ministerio de Comercio Industria y Turismo y haciendo parte de un equipo consultor con mucho reconocimiento en el país. 

Y aquí en Ibagué, ¿qué logro le ha generado especial satisfacción?

Algo de lo cual me siento muy complacida es de haber organizado desde la Cámara de Comercio de Ibagué, el Festival de Sabores. Es un evento que fue exitoso desde la primera vez y ya va para la IX edición. 

Por cierto, ¿por qué será que aquí con frecuencia los eventos resultan tan mal organizados?

Estoy de acuerdo, aquí falta mucha planeación y conocimiento de la técnica para la organización. Se suele pensar que para organizar un evento no se necesita mayor conocimiento y encargan de ello a quienes no saben o a personas que dicen que saben pero que desconocen los requisitos elementales para que sean exitosos. 

¿Qué opina del manejo del protocolo de los empleados públicos? 

Obviamente no se puede generalizar, pero son muchos los que dejan ver su escaso conocimiento y manejo del protocolo. Parece que no han entendido que  cuando son elegidos o designados para ocupar cargos de alta dirección resulta indispensable ocuparse del tema y tomarse un tiempo para  estudiarlo, pues la visibilidad que tienen les hace responsable de representar bien a la comunidad o a la institución. Con frecuencia cometen errores tan graves que uno llega a sentir “pena ajena”. 

¿Cuánto tiempo lleva escribiendo para EL NUEVO DÍA?

Ya perdí la cuenta… creo que cerca de 10 años llevo escribiendo en forma muy disciplinada.  

¿Tiene alguna anécdota que quiera compartir de esa experiencia?

Primero debo darle las gracias al público por recibirme cada sábado. Recuerdo un correo que recibí de una colombiana radicada en Canadá; me pedía asesoría para organizar una fiesta a la colombiana para su hijo, pues quería que no olvidara su tierra. Le envié algunas sugerencias y luego de unos días recibí numerosas fotos mostrándome cómo había aplicado mis recomendaciones y contando que su fiesta había sido un éxito; estaba muy agradecida, eso es gratificante. 

¿Ha pensado en dejar de escribir la columna?

Sí, varias veces; es que el tiempo pasa muy rápido y no se acaba de escribir un artículo cuando viene la presión por el siguiente. Lo que no me ha dejado desistir son los mensajes tan amables que recibo por la columna, y muchas personas cuando me ven, me hacen sugerencias de temas que consideran importantes.

El otro día un señor me abordó y me dijo que yo le facilitaba la vida al coordinador académico, pues mi columna era el material de cada reunión el día lunes en el colegio y, varios jefes de talento humano y docentes me han comentado que utilizan los artículos para trabajarlos con la gente de su empresa o de su curso. Es reconfortante saber que mis comentarios puedan ayudar en algo a ser mejores ciudadanos, mejores seres humanos. 

Usted con frecuencia toca el tema de la imagen, ¿qué nos dice sobre cómo visten las mujeres en Ibagué? 

Considero que con frecuencia se confunden a la hora de elegir sus atuendos. No tienen clara la diferencia entre el vestuario para ir al trabajo, el de las actividades sociales y el de ceremonias. Por ejemplo, en las oficinas uno puede encontrarse con algunas que parece que van para una fiesta, mientras que al lado hay otra que parece que viene de un paseo.

Otro aspecto que observo es que aquí les gusta mostrar mucha piel, les encanta los superescotes, las transparencias o las ‘superminis’, podría decirse que “no dejan nada para la imaginación” y eso no las hace lucir bien, incluso en ocasiones les hace perder muchos puntos en su imagen y aparecen como “desubicadas”.

Muy personal

¿Se atreve a decirle a una amiga que está mal vestida?

Si puedo hacerlo, pero de manera positiva.

¿Le piden muchas opiniones?

Son varias personas las que piden opinión y con frecuencia les digo, ‘usted quiere que le diga lo que me parece o lo que usted quiere escuchar’, porque aún preguntando hay quienes se disgustan.

Está luciendo muy delgada, ¿a qué se debe?

Ha sido un proceso largo, me tocó  tomar conciencia por razones de salud, ya tenía problemas de rodilla.

¿Cuál es su formula?

Cumplir con horarios y dejar la adicción a los carbohidratos.

Usted tiene siempre una agenda apretada, ¿qué hace en su tiempo libre?

Bucear en Internet, leer o escuchar música.

¿Qué libro está leyendo ahora?

El efecto Aladino.  

¿Qué música prefiere?

Depende del momento, disfruto tanto un bolero como un bambuco o un vallenato…eso sí, todo dosificado pues una reunión con un solo tipo de música me desespera y menos si es hip hop o rap.

¿Y la música de su sobrino Santiago Cruz, le gusta especialmente? 

Claro que me emociona mucho escucharlo. Me gusta mucho la letra de sus canciones…son textos con sentido.

¿Tiene algún hobby?

Me gusta hacer algunas manualidades, pero las tengo abandonadas, hacía unas muñecas típicas en macilla que fueron exitosas, incluso llegué a hacer el juego de 18 trajes documentados, y estuve de expositora en Expoartesanías. En una época también hice pirograbado y vitrales y lo disfrutaba mucho, pero luego lo dejé.

¿Es hacendosa? 

Me gusta decorar y arreglar la mesa, preparar ensaladas y postres pero, como trabajo todo el día, no es mucho más lo que hago en casa. 

¿Qué sitio que conozca le ha impresionado?  

Tengo un recuerdo maravilloso de una de las islas griegas: Mikonos, es preciosa. El azul del mar, todas sus casas blancas, sus puertas de colores… qué lindo que aquí pudiéramos ser disciplinados para embellecer nuestros pueblos así.  

¿Qué sitios le gustaría visitar?

En Colombia, Caño Cristales, la Sierra Nevada de Santa Marta, también Portugal y tener la oportunidad de ir a alguno de los sitios desde donde se pueda ver la Aurora Boreal.  

¿Cuál es su plato y bebida favoritos?

Todo depende de la ocasión, me gusta el ceviche, pero también disfruto de una deliciosa picada o un tamal; me encantan las margaritas y el refajo… en ese tema tengo amplias y variadas preferencias. 

¿Qué es lo más extraño que ha comido?

Seguramente me pierdo de muchas delicias…pero soy bien floja para probar comidas extrañas.

¿Cuáles considera que son sus principales defectos?

No me gusta prestar mis libros, y si lo hago, llevo registro de quien los tiene y me vuelvo intensa pidiéndolos si no me los regresan pronto. Me gustaría ser más ordenada, pero se me embolatan las cosas, tengo un particular sentido del orden, especialmente en mi estudio.  

¿Qué defectos de otros le molestan más?

Me molesta la gente arribista, arrogante, ostentosa, aquellos que les gusta aparentar. 

¿A qué le tiene miedo? 

A los murciélagos y a los ratones.

Credito
REDACCIÓN EL NUEVO DÍA

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