La cortesía no es una complicación

TOMADA DE INTERNET- EL NUEVO DÍA
Cuando se habla de cortesía o modales es frecuente que la gente piense que se habla de acartonamiento, complicación, o sofisticación. Nada más errado. Por ello es conveniente reiterar sobre este concepto.

Cuando se habla de cortesía o modales es frecuente que la gente piense que se habla de acartonamiento, complicación, o sofisticación. Nada más errado. Por ello es conveniente reiterar sobre este concepto.  

La cortesía es el conjunto de convenciones que utiliza una comunidad, que son autorizadas por el uso y las costumbres de su cultura y que se usan con el único motivo de  hacer las cosas de la manera más fácil y con el mayor respeto por los demás. Como a la mayoría de las personas no les gusta que las griten,  que no le contesten cuando saludan o que les cojan sus pertenencias sin su autorización, pues la convención social para estos casos es: dirigirse a las personas sin gritar, contestar cuando lo saludan y pedir prestado lo que necesite.  

La cortesía es mucho más que sonrisas o palabras bonitas, es también el buen uso del idioma. Revise su vocabulario y si está lleno de cariñosismos tenga en cuenta que pueden llegar a fastidiar, especialmente si los usa en exceso; lo ideal es utilizarlos con sus allegados, pero al dirigirse a personas que no le son cercanas conviene eliminarlas como es el caso de la atención al cliente: cancele el uso de mi amor, gordita, madre y monita entre otros.

La práctica de unas actitudes corteses y respetuosas no tienen que ver con el nivel de escolaridad de la persona, paradójicamente se encuentra con frecuencia individuos con pocos años de estudio más respetuosos que quienes han tenido la oportunidad de pasar por la universidad, lo cual no es entendible.   

Igualmente, los buenos modales, que son sinónimo de cortesía,  no tienen que ver con el nivel social.  Muchos campesinos y gente humilde son excelentes exponentes de ello, mientras que otros de niveles superiores evidencian su arrogancia y falta de consideración para con los demás.  También se observa que algunas personas cuando llegan a cargos superiores, no saben manejar tal circunstancia y creen que eso les otorga derecho para ser groseros.  
A su vez, la cortesía es para practicarla las veinticuatro horas del día, y no solo para sitios especiales. En la casa, en el colegio, en la oficina, en el bus, todos son lugares donde su práctica es obligatoria: el saludar, dar las gracias, ayudar, colaborar, no fastidiar, respetar y  escuchar.

En suma, las buenas prácticas en su comportamiento hacia sus semejantes, son cortesía, y ello le facilitará las relaciones interpersonales, le generará armonía en el trabajo, y le dará un excelente valor agregado a usted como persona.

No es difícil ser una persona respetuosa, pero ello exige reconocer el valor que cada ser humano tiene y merece. 

Credito
MARTHA CRUZ Especial para El Nuevo Día

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