¿Se considera buena compañía?

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Si ha sentido que a pesar de ser simpático no es recibido todo lo bien que quisiera, si observa que sus amigos no lo tienen en cuenta para invitarlo a los eventos sociales, si considera que algunas personas lo evitan o no percibe un genuino agrado de la gente cuando está en su compañía, algo debe ocurrir con su comportamiento y es necesario que piense sobre el tema si quiere cambiar tal situación.

Es posible que usted no quiera compartir este sentimiento con otras personas, pero seguramente en su interior, en algún momento de reflexión se pregunta por qué sucede. Es difícil admitir que es su culpa y lo más fácil será pensar que los demás son antipáticos y creídos y le sienten envidia. 

Difícilmente la gente empieza por pensar que tal situación se da como respuesta a su propio comportamiento. Pocos enfrentan el preguntarse ¿Qué es lo que yo hago para que los demás actúen así?  

Así la circunstancia no sea crítica, es conveniente hacer un balance personal y meditar sobre algunas actitudes que, aún sin proponerse, pueden fastidiar a los demás. Para ello registramos algunos comportamientos que la mayoría de la gente considera molestos.

¿Será usted de aquellos que les fascina hablar de todo lo que tienen, lo que hacen o van a hacer, sea cierto o no?

Disfruta exaltar su relación con personajes de alto nivel social, político o económico; adorna con mentiras piadosas su actuación y le encanta estar en primera fila en todo evento, especialmente en las fotos. Recuerde que los pantalleros son insoportables.

O es usted de las personas con gran habilidad para identificar el lado negativo de las cosas. No disfruta de la compañía de nadie porque según su concepto todos son malos, no emprende ninguna actividad porque como está la situación seguramente resulta mal y pierde todo. A los negativos todos desean tenerlos bien lejos para que no pasen la mala energía.

Es posible que hable demasiado. Solo es importante lo que usted dice y monopoliza toda conversación, interrumpe a los demás y no permite que otros expresen su opinión. Cambia el tema de la charla a su gusto sin importar el tema que se está comentando. Es fatigante cuando una persona habla demasiado, pero doblemente cuando además la mitad de todo lo que dice son boberías. 

¿Será que lamentarse es su deporte favorito?  

Hasta ganarse un carro es un problema por todos los trámites que toca cumplir. Nada lo tiene satisfecho, permanentemente se siente víctima del vecino, el tráfico, del trabajo, la familia, etc. y, adicionalmente, poco contribuye a solucionar el motivo de su queja.

Les fascina comentar su rosario de enfermedades, los efectos de los tratamientos médicos e impresionar con sus conocimientos relacionados con medicamentos. Si sus males son su tema preferido, aburrirá con toda certeza a sus amistades.

Lo advierten como pobre de espíritu o de aquellos a quienes nada llama la atención y muy poco los motiva. Cuando le preguntan qué quiere hacer, a dónde quiere ir o qué quiere comer, responde con un “cualquier cosa”, “a cualquier parte”, “lo que sea”. Es posible que sea pésimo compañero para realizar cualquier actividad.

Si es un maleducado y cree tener todos los derechos para fastidiar a los demás, con razón lo alejan. Si es una persona desconsidera y descomedida que olvida de manera constante el uso de las palabras “Por favor”, “Gracias”, “Buenos Días” y  “Disculpe”, será bastante incómodo soportarlo.

¿Es descuidado con su higiene personal? Podrá creer que es muy simpático, pero si despide malos olores por su falta de aseo, nadie querrá tenerlo cerca. 

Sea objetivo y revise sus comportamientos y, si es el caso, considere hacer  los cambios que sean necesarios, así tal vez muchas más personas se sientan realmente agradadas con su compañía y quieran compartir más momentos con usted.

Credito
MARTHA CRUZ

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