Trapos rojos se convierten en el símbolo del hambre en Chapetón

La necesidad y la imposibilidad de buscar algún tipo de sustento llevó a la comunidad a pedir ayuda para sobrevivir.
Crédito: JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Con trapos rojos en las fachadas de las viviendas, la comunidad de Chapetón pide atención de la Alcaldía para sobrellevar la emergencia por el coronavirus.
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Con prendas de vestir y retazos de tela de color rojo colgadas de ventanas y puertas, como símbolo de hambruna, varias familias en el sector de Chapetón, sobre la vía que comunica al Cañón del Combeima, están haciendo un llamado a las autoridades para que desplieguen y entreguen ayudas a las personas que se encuentran en el sector.

El llamado se hace ante las complejas situaciones que están viviendo algunas personas de la comuna Uno, por cuenta del aislamiento preventivo obligatorio, que imposibilita a las familias salir a realizar algún tipo de labor que genere ingresos económicos y que ‘tocó’ los bolsillos de quienes se beneficiaban incluso con el ascenso de turistas hacia el Nevado del Tolima.

“El trapito rojo es porque ya no tenemos nada que comer, ya lo que teníamos por ahí se nos acabó, ese es el motivo”, indicó uno de las personas del sector.

Libardo Castañeda, otro habitante de la zona, sostuvo que desde el anuncio de aislamiento ninguna autoridad se ha pronunciado, ni les ha brindado algún tipo de auxilio, sumado a la dificultad para movilizarse, incluso los días que se tienen habilitados, pues los vehículos usados para tal fin no dan abasto con la gran cantidad de personas que residen en la zona.

“Por aquí no nos ha visitado nadie, estamos defendiéndonos como podemos (...) aquí hay una necesidad tremenda, eso está lleno de trapos rojos pidiendo ayuda”, sostuvo Castañeda.

Si bien se desconoce quien lidera esta iniciativa, es una situación que se replica en diferentes municipios del país. En Soacha, Cundinamarca, también se pusieron las banderas rojas en busca de que las familias reciban ayudas, no solo de los entes gubernamentales, sino de particulares que también hacen donaciones.

Es de resaltar que en el caso de Ibagué, la Administración adelanta la entrega de 300 mil kits nutricionales a personas que se encuentran en situación de pobreza y pobreza extrema, que según las cifras entregadas por el alcalde Andrés Hurtado, es de 98 mil y 16 mil habitantes respectivamente.

Sin embargo, por redes sociales muchas personas que no se encuentran en la caracterización de la Alcaldía siguen clamando atención, incluidos los habitantes del sector de Chapetón.

La Administración también había solicitado al Gobierno nacional ampliar las ayudas humanitarias a familias de estratos Tres y Cuatro, igualmente impactadas por la cuarentena.

El trapo rojo en las casas se convirtió en un símbolo para buscar ayudas.

En el centro también sacaron la bandera

Durante el fin de semana, también se conoció la situación de 20 adultos mayores dedicados al comercio informal en un inquilinato sobre la calle 14 con carrera Cuarta, quienes pusieron la bandera para pedir atención de la Administración.

Contrario a lo que ocurre en la comuna Uno, al lugar llegaron funcionarios del municipio quienes hicieron la caracterización para hacer beneficiarios a los adultos mayores de las ayudas humanitarias.

 

Administración atenderá viviendas con trapos rojos

Al respecto en una transmisión en vivo el alcalde, Andrés Hurtado, solicitó cooperación de los ciudadanos ibaguereños para informar sobre las viviendas que tengan estos trapos y aseguró que enviará funcionarios para que evalúen las condiciones de las personas que están pidiendo ayuda.

“Dónde están los trapos rojos le pedimos a todos los ciudadanos que los reporten (...) hacemos un llamado a todos los ciudadanos a que conozcan donde se está pidiendo esta ayuda, que sea gente vulnerable lógicamente y que requiera del apoyo nutricional”, puntualizó el mandatario.

Frente a la caracterización el burgomaestre indicó que la situación se ha priorizado para la población más vulnerable de la ciudad, inicialmente los estratos Uno y Dos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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