Sin embargo, el funcionario comentó que este análisis es el resultado de muchos esfuerzos orientados conocer en realidad lo que sucede en Villarrica, y determinar si allí se puede continuar construyendo viviendas.

“Los primeros días de este año iniciarán los estudios, que consisten en revisar el suelo y las grietas que cada vez aumentan en las casas del casco urbano”, explicó Rodríguez.

Se demoraría 10 meses, y se espera que se tenga detectadas las zonas donde se puedan hacer obras de infraestructura y cuales son las que se deben reubicar, entre otras obras.

“No solo se hará en el casco urbano; también incluye sectores rurales, lo que nos va a determinar cuáles son la zonas más vulnerables y cuáles las más seguras de Villarrica”, dijo Rodríguez.

Los dineros se distribuyeron de la siguiente manera aproximadamente: 400 millones de pesos asumidos por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, 230 millones de pesos de la Gobernación del Tolima y 220 millones más de Cortolima.

“Cada día trae su propio afán y cuando se determine una reubicación de las viviendas que están afectadas, ya hay compromiso del Gobierno nacional para hacer los ajustes necesarios”, dijo el funcionario.

El último censo que se tiene determina que son 250 familias las afectadas, más el colegio y el hospital.