Murakami al volante
Bien podríamos afirmar que la melancolía es el eje central de toda la literatura de Haruki Murakami. Cualquiera de sus prolíficas obras, cójasele por donde se le coja, nos transporta indefectiblemente a un Japón urbano y taciturno en el que sus personajes viven atrapados en un querer y no poder de sentimientos enturbiados. Amor, felicidad, resiliencia, todos propósitos que se persiguen en un bucle infinito de frustraciones y que habitan en la tenue frontera entre el sueño y la vigilia. Pues es allí, en los linderos difusos y desdibujados de la realidad, donde la prosa de este autor, eterno y cuestionado candidato al Nobel de Literatura, se hace fuerte, mientras de fondo escuchamos el caos sincrónico de una banda de jazz o los compases inconfundibles de una canción de los Beatles. Todos ellos, ya componentes inescindibles de sus exitosas novelas.