La urgencia ocurrió cuando el joven practicaba ejercicio junto a Julián García, actividad que se vio interrumpida en el momento que el perro empezó a llorar al tener contacto con un cable eléctrico descubierto. Al intentar auxiliar al can, Amaya recibió una descarga eléctrica que lo dejó inconsciente.

La madre del joven, Martha Jiménez, contó que Amaya tiene una lesión del nervio liviano de su mano derecha, ya que fue a través de esa extremidad por donde recibió la descarga. Por ahora Amaya debe guardar reposo durante quince días a la espera de que el tejido de su mano se desinflame y así determinar si existe algún deterioro.

Entre tanto, García también debió ser atendido debido a que tenía las enzimas cardiacas altas. Así mismo los veterinarios descartaron que Titano haya sufrido algún daño.

Infibagué aseguró que las conexiones que conducen la energía de las lámparas son subterráneas y por lo tanto ese instituto no “tiene responsabilidad en el accidente”.

Según Juan Ricardo Godoy, funcionario de ese instituto, una cuadrilla comprobó que no existen conexiones eléctricas descubiertas. Sin embargo los afectados dicen lo contrario.

Al respecto, la mujer dijo que una o dos horas después del hecho, una cuadrilla de Infibagué llegó al lugar, luego manipuló el cable descubierto, lo que llamó su atención, pues contradice la versión de ese instituto que asegura no estar a cargo de esa conexión.

Llamado de atención

Jiménez pidió que las autoridades se cercioren de que este tipo de accidentes no ocurran de nuevo, a través de una buena revisión de parque Centenario, uno de los lugares predilectos por los ciudadanos para practicar deportes.

“Gracias a Dios no ocurrió una desgracia, pero es un sitio donde van muchas familias, niños, adultos mayores, entonces el riesgo es bastante alto”, concluyó.