Urbanismo: ¿En qué debemos pensar para nuestras ciudades?

Después del COVID-19, la planificación de nuestras ciudades cambiará, hoy vemos cómo la tecnología ocupa un papel trascendental en este aislamiento.
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Pareciera que generar territorio de expansión en nuestras ciudades, generan grandes oportunidades, por lo que se convierten en áreas de desarrollo que ayudaran a solucionar el déficit habitacional, con proyectos urbanísticos y arquitectónicos de ensueño, con una oferta de servicios muy completa, dejando por debajo la que muchos tenemos en nuestros lugares de residencia. Además entran a jugar un papel protagónico en el precio de la tierra, porque a más tierra en oferta, menor es su valor. También se reconocen como un factor importante para la activación y fortalecimiento de la economía en la región, pues la construcción de estos proyectos urbanísticos, se convierten en generadores de empleos, directos e indirectos, dinamizando la economía, donde intervienen la comercialización de diversos productos de todo tipo, indudablemente se convierten en actores directos dentro de las dinámicas económicas de cualquier región, asegurando el ingreso básico de miles de familias que solventan sus necesidades diarias.

Desde esta óptica ¿Cómo discutir si está bien o no, habilitar territorio nuevo?, sería imposible, pareciera ilógico contradecir estas afirmaciones. Pero si pensamos un poco y vemos más allá, analizando las problemáticas de nuestras ciudades, sin hablar aún del COVID-19, que hoy nos tiene en jaque y está cambiando nuestra forma de pensar; encontramos que muchas de las problemáticas que hasta ahora nos afectaba, se fundamentan en el crecimiento desmesurado y mal planeado del territorio; la cuales se enmarcan principalmente en la configuración de sectores sin infraestructura de servicios públicos, de movilidad, recreación, equipamientos, etc.; sectores aislados, condenados a dificultades de conectividad con la ciudad, trascendiendo de una problemática urbana a una problemática social y económica, puesto que la población, debe trasladarse grandes distancias para solventar sus necesidades diarias de trabajo, salud, educación, etc., adicionando los enormes costos financieros que tiene para las administraciones, poder tener una infraestructura adecuada para esta ciudad extensa y desordenada.

Es así, donde aparecen teorías urbanas de planificación, que responden a las diferentes problemáticas que hasta la llegada del COVID-19 se tenían identificadas, que en gran medida tienen que ver con los objetivos de desarrollo sostenible de las naciones unidas, para dar un ejemplo, dentro de la teoría de ciudades sostenibles, encontramos la movilidad sostenible, que en sus múltiples reflexiones, establece la pirámide jerárquica de la movilidad con el siguiente orden descendente, caminar, pedalear, transporte público, transporte de carga y el transporte motorizado (vehículo particular y motos), es decir, propone fortalecer el transporte no motorizado y transporte público, desincentivando el transporte motorizado; a mi parecer tiene grandes aciertos teóricos para la solución de los problemas que hasta hoy conocíamos, pero con el COVID-19, se generan grandes inquietudes, puesto que el sistema de transporte público se convierte en un foco de alto riesgo de contagio. Es allí, donde creo se deben revaluar muchos de estos temas, propendiendo por una planificación urbana que piense en todo y en todos.

De este ejemplo de movilidad sostenible, resalto el establecer la movilidad no motorizada como prioridad; ¿por qué?, porque de ser posible el uso del transporte no motorizado para el desplazamiento diario y cotidiano de la mayoría de las personas,  significaría que la ciudad genera las condiciones ideales para los desplazamientos cortos, generando un menor impacto ambiental, económico y social, tanto a la población como al territorio, incluso un menor riesgo de contagio de cualquier tipo de virus, como el que hoy nos tiene confinados; es claro, que entre menor sea el desplazamiento a los sitios conforme a las necesidades diarias de trabajo, sustento, salud, educación, esparcimiento, etc., menor será el impacto del territorio y mayor la calidad de vida de los ciudadanos.

Así como la teoría de ciudades sostenibles, existen otras como: ciudad compacta, ciudad sustentable, ciudad para personas, que al igual comparten principios similares e incluso, diversos artículos al respecto, tienden a confundirlas por sus múltiples semejanzas, pero al final, todas buscan el mismo fin a partir de la planificación del territorio, por lo que deben tenerse en cuenta para la planificación de nuestras ciudades futuras. Es por ello, que términos como compacidad de estructura y trama urbana, densidad territorial, multiplicidad de usos, cercanía de servicios e infraestructura, calidad en los espacios públicos, movilidad eficiente, control del crecimiento, entre otros, son conceptos en busca de una planificación coherente para nuestras ciudades, con el propósito un mayor bienestar para todos, garantizando un menor impacto sobre el medio ambiente.

Es este el elemento principal “medio ambiente - protección de los recursos naturales” que los diferentes conceptos de planificación establecen como prioritario y es lo que nos pone a pensar, como debe ser la ciudad que queremos. Vemos como las circunstancias actuales por el COVID-19, muestra que estamos en una situación preocupante por el sin número de personas afectadas, la crisis económica mundial, además de las circunstancias adicionales de estos hechos; paradójicamente, encontramos buenas noticias en cuanto al medio ambiente, han bajado los índices de contaminación en el mundo, se ha reducido la polución, empiezan aparecer animales donde no había, hay una mejor calidad del aire en muchas ciudades, gracias al aislamiento obligatorio, lo que nos confirma una vez más, que somos la causa de la contaminación de la tierra, “somos el virus que afecta al mundo” y es allí, donde debemos entender la importancia que tienen las decisiones en cuanto a las políticas públicas y la planificación de nuestros territorios.

Estoy seguro que después del COVID-19, la planificación de nuestras ciudades cambiará, hoy vemos cómo la tecnología ocupa un papel trascendental en este aislamiento, las instituciones educativas presenciales, aprendieron a realizar clases virtuales, el teletrabajo se ha intensificado, las plataformas online no dan abasto, pareciera que nos estamos adaptando a este modo de vida, lo que estamos aprendiendo, nos está cambiando, las cosas no serán iguales, pero lo más importante es que entendamos, que las decisiones que hoy tomamos, repercutirán en el futuro de nuestras vidas, de nuestros seres queridos, de nuestro territorio, del mundo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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