Después de cuatro años, padre se entera de que le cambiaron a su hija

Crédito: Colprensa - EL NUEVO DÍA
La duda de un hombre sobre que su mujer le había sido infiel porque la hija que estaban criando no tenía sus rasgos físicos ni los de su familia, quedó superada cuando las pruebas de ADN que le practicaron a la niña no eran compatibles con las de él y que allí debía haber “gato encerrado”.
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Todo comenzó cuando el hombre un día se puso a observar a la menor que él y su mujer estaban criando y notó que ni sus rasgos físicos y su color de piel eran parecidos a los de él y al resto de su familia. “No tenía los rasgos míos ni los de mi mamá”, dijo el hombre que llegó a pensar que su mujer le había sido infiel y le habían “metido gato por liebre”.

Era tanta la inquietud que le impedía conciliar el sueño hasta que un día se llenó de valor y le preguntó a la mujer si ella le había sido infiel. Ella le dijo rotundamente que no. Y aunque le creyó a su mujer, seguía con sus inquietudes.

Un día cualquiera se las ingenió y se llevó a la niña. Dijo que la iba a llevar a un sitio especial. En verdad la llevó a un sitio especial. La condujo hasta un laboratorio, donde solicitó que tanto a él como a la menor les hicieran la prueba de ADN. A las pocas semanas llegaron los resultados y les salió que eran incompatibles.

Esto lo dejó más pensativo aún. Entonces le pidió a la mujer que si no le había sido infiel lo más sano era que ella también se hiciera la prueba de ADN. En efecto, la mujer se hizo la prueba de compatibilidad genética y salió un 99,9 negativa.

“¿QUÉ PASÓ AQUÍ?”

Luego de descartar la infidelidad de su mujer decidió ir hasta el Hospital Niño Jesús de Barranquilla. Allí había nacido la niña el 21 de marzo de 2016. Quiso saber cuántos infantes nacieron ese día. Le dieron las minutas de partos de ese día. Habían nacido cuatro niñas y un niño.

Su hija había nacido entre las 2:00 y 4:00 de la tarde. Y luego de descartar a varón y dos hembras, se centró en otra niña que había nacido en ese rango de horario. Averiguó el dato de la mujer, pero solo el nombre. Buscó y buscó por redes sociales hasta que un día, vio el nombre de la mujer y notó que junto a ella había una infanta. ¡Oh sorpresa! La niñita tenía sus rasgos físicos y los de su madre, de él.

EMPIEZA OTRA BÚSQUEDA

Entonces buscó la manera de contactar a la mujer que aparecía con la que él creía era su hija. La encontró y le comunicó lo que estaba pasando. Incluso, le propuso que ella y la niña vinieran a Barranquilla y él le pagaba el transporte y la estadía.

La mujer que vive en el departamento del Cesar vino a Barranquilla y aceptó que a la niña se le practicara una prueba de ADN. Esta vez los resultados fueron casi cien por ciento compatibles. Incluso, la mujer y la niña que el hombre está criando como suya se las hicieron y también ellas salieron compatibles entre sí.

El caso parecía estar resuelto: las dos niñas habían sido cambiadas el día que nacieron. Pero están siendo criadas por familias distintas y jurídicamente y emocionalmente las cosas están tomando unos ribetes inesperados.

La niña que el hombre y la mujer de Barranquilla están criando los ve como padres. Son cuatro años de estar al lado de ellos y el vínculo emocional es tanto, que si llegan a unos estrados judiciales las niñas serían las más perjudicadas.

Dentro de todo esto ha ocurrido algo que los abuelos dicen: “la sangre llama”. Pues la niña que la mujer está criando en el Cesar ya llama al hombre de Barranquilla papá. “Tal vez porque ella no tenía una figura paternal y al verme que he estado pendiente de ella me ve como su padre”. La mujer que vive en el Cesar no tiene compañero.

Por estos días las dos niñas están conviviendo en la casa del hombre en un municipio del Atlántico. Se miran como hermanas. El hombre las llama ‘mellas’ y ha manifestado que con tal de que no haya una ruptura emocional, él está dispuesto a criar a las dos menores.

Las familias de las dos menores cruzadas después del nacimiento, ya están asesoradas de una firma de abogados que va a interponer una demanda en el Hospital Niño Jesús de Barranquilla por daños y perjuicios morales. La institución aún no se pronuncia al respecto, pero también se está asesorando para que haya una conciliación y no se vayan a los estrados judiciales y evitar que las menores sean expuestas, en especial, en su parte emocional.

Credito
COLPRENSA

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